Cancún, 7 de Septiembre (Gilda Piña )
Cada mes en el estado pernoctan hasta 380 migrantes en todo el estado, quienes permanecen durante tres meses en Quintana Roo, de los cuales un 20 por ciento se queda en esta ciudad en la búsqueda de una mejor calidad de vida a vivir “El sueño cancunense”, mientras que el resto usa el estado como un lugar de paso para acercarse a Estados Unidos; sin embargo, como no se pueden ir tan rápidamente, es ahí donde requieren ayuda humanitaria sustento, cobijo y realizar alguna actividad remunerada.
Para ello, se requeriría contar con un centro de apoyo a migrantes, que hasta ahora solo han impulsado organizaciones no gubernamentales y que de acuerdo a Cisvac, asociación que ayuda a ciudadanos extranjeros en condiciones vulnerables, aún reúne fondos para avanzar en la construcción del refugio que tendrá espacio para 128 personas, las cuales podrán quedarse tres meses como máximo.
Es en estos casos cuando la fundación enfocada a la atención de migrantes hace una a labor humanitaria brindándoles apoyo, en tanto atienden su situación migratoria con el Instituto Nacional de Migración (INM) y la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar).
“En total, pernoctan cada mes en todo el estado 295 a 380. Más o menos dos o tres meses son los que se quedan, y luego el 10, 15 o el 20% se queda y los demás emigran hacia la frontera, porque son personas que vienen buscando para irse a Estados Unidos, pero no se pueden ir inmediatamente”, dijo Marilyn Torres Leal, presidenta de la fundación.
Destacó que en los últimos años se ha visto un incremento en la llegada de forasteros de países que no cuentan con una visa a Quintana Roo, quienes entran al estado de forma irregular provenientes principalmente de Nicaragua, Venezuela, Haití y Cuba.
“Al no contar con un refugio, estas personas ingresan al país, en donde la Puerta más abierta de ingreso es la parte de Tapachula,(Chiapas) y al no poder tener su sueño americano, tienen su sueño cancunense”.
Dijo que la mayoría son refugiados porque al entrar de forma irregular, debido a la situación de sus países de origen, en las que “no se puede tapar el sol con un dedo”, ya que son violentados en sus derechos humanos y son personas que buscan una mejor calidad de vida para sus familias.
“El año pasado tuvimos el impacto de 25 mil personas en un año, entonces este año ya estamos como en 18 mil, en general del núcleo familiar, quienes han participado en programas de regularización implementados por la misma fundación”, explicó.
Y explicó: “Claramente, al regularizarte, al tener unos documentos, ya tienes una personalidad, en el sentido jurídica y en el sentido que ya existes en el país, pero en México, si no tienes un documento, pues no existes, es uno de nuestros objetivos en el estado, de saber quienes somos, cuántos estamos, que si no tenemos esa contabilización, que de repente se le quieren acercar a migración, pero por el miedo a que los vayan a deportar, vienen con nosotros y les brindamos el acompañamiento”.
Expuso que la gente que quiere regularizarse es porque quiere hacer una vida aquí, ya no quiere estar en su país porque las condiciones no son propicias, “entonces el refugiado y migrante que viene a México, está hablando no solo del hambre de comer, sino hambre de trabajo, de echarle los kilos, porque desean hacer algo por ellos y por su familia, entonces vienen a seguir trabajando a continuar con su educación y con el pasar de los años pasan a la etapa de naturalización.
“En mi caso, yo llegué hace 18 años aquí desde Venezuela y ahora ya son naturalizada mexicana”, indicó.
En cuanto a refugio humanitario, subrayó que la ley establece que son 45 días, pero con la saturación que tiene la Comar ubicada en Veracruz, y migración Quintana Roo depende de allá y de Tabasco para que la documentación se envía, los trámites de documentación pueden tardar desde 12 meses a nueve y en el caso de naturalización, hasta un año.
Referente al empleo, al los exiliados se les pone a disposición el programa “Emplea sin Fronteras”, que promueve la inclusión laboral de las personas solicitantes de refugio y refugiadas en Quintana Roo, por lo que se les brinda la oportunidad de capacitarse y acceder a la bolsa de trabajo con aliados que quieren incluir a los migrantes en su fuerza de trabajo.