Washington.— El impacto del coronavirus en Estados Unidos volvió a ser minimizado ayer por el presidente Donald Trump, a pesar de que ese país tiene la mayor cifra del mundo en contagios y muertes, mientras en entidades como California y Florida la lucha por frenar el ascenso de los casos positivos es cada vez más dura.
En una entrevista con el canal Fox News transmitida ayer, el mandatario pidió a los medios de comunicación que se fijen más en la situación del Covid-19 en México y menos en la de su nación, e insistió en que el tiempo le dará la razón y la afección desaparecerá.
“¿Por qué no hablan de México, que no nos está ayudando? Todo lo que puedo decir es que gracias a Dios que construí casi todo el muro; [de lo contrario] tendríamos un problema mucho mayor con [ese país]”, declaró.
Trump se pronunció de esa forma a pesar de que Estados Unidos ha registrado 11 veces más casos (más de 3 millones 768 mil 55) y casi cuadruplica los decesos (140 mil 500), a causa del virus, contra las cifras que presenta México (344 mil 224 y 39 mil 184, respectivamente), de acuerdo con datos registrados por la Universidad Johns Hopkins.
Incluso el balance provisional de fallecidos ha superado con creces la cuota más baja de las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos entre 100 mil y 240 mil.
Sin embargo, el republicano rebajó esas estimaciones y se mostró confiado en que la cifra final estaría más bien entre las 50 mil y las 60 mil víctimas mortales, aunque luego auguró hasta 110 mil, un número que también se ha superado.
Durante la entrevista, el líder de la Casa Blanca atribuyó la aceleración en la cifra de contagios confirmados en el territorio que gobierna al número de pruebas que se hacen en éste, las cuales, según dijo, provocan “la envidia del mundo”.
A su juicio, muchas de esas infecciones contabilizadas ni siquiera deberían ser consideradas como casos, pues corresponden a “gente joven que se curaría en un día”.
Asimismo, defendió su gestión de la pandemia en la entrevista, en la que una vez más se mostró contrario a ordenar el uso obligatorio de mascarillas en todo el país, aunque muchas ciudades lo hayan puesto en práctica: “Quiero que la gente tenga algo de libertad”, señaló.
El presidente también afirmó que esa nación tiene “una de las tasas de mortalidad más bajas del mundo”, algo que el entrevistador, Chris Wallace, le rebatió, al recordar que, de acuerdo con el análisis de la Universidad Johns Hopkins, el país es el octavo en todo el planeta en ese índice, por encima de al menos una docena.
Casos, sin freno
Las palabras de Trump chocan con la realidad que se vive en California, especialmente Los Ángeles, donde el alcalde Eric Garcetti advirtió ayer que otra orden de permanecer en los hogares para los residentes y las empresas de la ciudad puede estar en camino, a medida que los números de pacientes siguen al alza.
En una intervención en un programa de CNN, el político demócrata dijo que esa demarcación podría estar al borde de volver a emitir una orden de confinamiento, debido al rebrote de la enfermedad luego de la reapertura económica.
Garcettiaceptó de alguna manera las críticas hechas por el periódico Los Angeles Times sobre el aumento de contagios por falta de medidas al momento de levantar los requerimientos de permanecer en casa.
No obstante, el jefe del ayuntamiento angelino subrayó: “Los alcaldes a menudo no tienen control sobre lo que se abre”, ya que la mayoría de órdenes dependen del condado o de la gobernación.
Esta urbe acumula 153 mil 41 personas infectadas, así como 4 mil 84 decesos por el Covid-19.
Además, Florida sumó 12 mil 478 casos positivos y 87 muertes en las últimas 24 horas, mientras que Miami-Dade, el condado más afectado, llegó a 83 mil 489 y mil 302 muertes, respectivamente.
Desde el pasado 1 de marzo se han contagiado 350 mil 47 habitantes y 4 mil 982 perecieron en este estado sureño, al que la pandemia afectó de manera moderada en los primeros meses, pero vio un aumento de los enfermos desde mediados de junio pasado, cuando ya estaba en la fase dos de la reapertura.
La disponibilidad de camas a nivel estatal está en más de la mitad, mientras en las unidades de cuidados intensivos baja a 18.84%, de acuerdo con datos oficiales.