Ciudad del Vaticano, 21 de abril de 2025 — La Iglesia Católica entra en un nuevo periodo de incertidumbre y expectativa tras la muerte del papa Francisco, ocurrida este lunes a los 88 años. Con su partida se abre el camino a un nuevo cónclave, donde los cardenales se reunirán a puertas cerradas para elegir al próximo pontífice.
Como dicta el viejo refrán italiano, “quien entra al cónclave como papa, lo deja como cardenal”, sin embargo, ya han comenzado a circular los nombres de algunos “papables” —candidatos con posibilidades reales— que podrían continuar el legado de Francisco o marcar un nuevo rumbo para la Iglesia.
Jean-Marc Aveline: el rostro francés del progresismo católico
Arzobispo de Marsella, Aveline ha sido descrito como el “Juan XXIV” entre sus compatriotas, por su cercanía con el histórico papa reformista. Con raíces en Argelia y una vida entregada al diálogo intercultural y religioso, es un teólogo respetado y un aliado del pensamiento de Francisco, especialmente en temas migratorios. Si fuera elegido, sería el primer papa francés desde el siglo XIV.
Peter Erdö: el conservador que dialoga con todos
Este cardenal húngaro combina un perfil teológico conservador con una actitud pragmática. Con una carrera destacada en Europa y África, domina seis idiomas y ha buscado tender puentes entre posturas opuestas dentro de la Iglesia. Aunque no es particularmente carismático, su perfil técnico y diplomático lo coloca como un posible candidato de consenso.
Mario Grech: el reformista maltés
Desde la pequeña isla de Gozo, Grech ha escalado posiciones hasta convertirse en una figura clave dentro del Vaticano como secretario general del Sínodo de los Obispos. Inicialmente visto como conservador, ha evolucionado hacia una postura más abierta y acorde a los tiempos modernos, defendiendo la inclusión y la necesidad de reformas para mantener la relevancia de la Iglesia.
Matteo Zuppi: el “Bergoglio italiano”
Conocido por su cercanía a los pobres, su estilo directo y su compromiso con la paz, Zuppi ha sido apodado el “Bergoglio italiano”. Arzobispo de Bolonia y actual presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, tiene una larga historia en la Comunidad de Sant’Egidio, mediando incluso en conflictos internacionales. Sin embargo, su cercanía con Francisco y su manejo de los casos de abusos en Italia podrían levantar críticas.
Con el cónclave próximo a convocarse, los ojos del mundo estarán puestos en la Capilla Sixtina, donde los cardenales decidirán si el futuro de la Iglesia continúa la línea reformista de Francisco o si optan por un giro más tradicional. La fumata blanca marcará no solo un nuevo liderazgo espiritual para 1.300 millones de católicos, sino también una señal sobre el rumbo que tomará la institución en tiempos de grandes desafíos sociales, éticos y globales.