Oaxaca.- El obispo emérito de la Diócesis de Tehuantepec, Arturo Lona Reyes, sobrevivió a 11 atentados en su lucha por los derechos de los pobres, pero perdió la batalla contra el covid-19.
A unas horas de cumplir 95 años de vida, el llamado “Obispo de los pobres” murió este sábado 31 de octubre alrededor del mediodía. Sus restos serán cremados y posiblemente se queden en la Diócesis de Tehuantepec, donde sirvió hasta su muerte.
El arzobispo de Antequera-Oaxaca, Pedro Vásquez Villalobos, confirmó su deceso con una esquela:
“Elevamos nuestra oración y expresamos las condolencias al presbiterio, a sus familiares y feligreses de esta amada Diócesis de Tehuantepec, por el sensible fallecimiento del obispo emérito monseñor Arturo Lona Reyes. Sabemos que, frente al misterio del dolor y la muerte, los creyentes ponemos nuestra mirada en Jesucristo que es el camino, la verdad y la vida. Con nuestra oración invocamos la intercesión de nuestra Señora de la Soledad, para que brille en él la luz eterna”.
En la Diócesis de Tehuantepec, donde se preparaba un día de oración para este domingo 1 de noviembre con motivo del cumpleaños 95 del “Tata Obispo” Lona Reyes, confirmaron:
“Con profunda pena la Diócesis de Tehuantepec está de luto, monseñor Arturo Lona Reyes acaba de fallecer y oficialmente comunicamos el fallecimiento del padre obispo Arturo Lona Reyes, conocido como el ‘Obispo de los Pobres’. Ha vuelto a la casa del Padre Celestial bajo intercesión de María nuestra madre QEPD”.
Aunque el jerarca católico Lona Reyes nació en Aguascalientes el 1 de noviembre de 1925, adoptó a Oaxaca como su tierra para seguir impulsando proyectos productivos entre la comunidad indígena.
Lona Reyes fue ordenado sacerdote el 15 de agosto de 1952 y consagrado obispo de Tehuantepec el 15 de agosto de 1971 por Paulo VI, y renunció a este cargo en 2001, al cumplir con la edad permitida en el clero católico.
Como obispo, Lona Reyes fue presidente de la Comisión Episcopal de Indígenas en 1972 y fundador del Centro de Derechos Humanos Tepeyac de Tehuantepec, razón por la que en 2008 fue galardonado con el XVI Premio Nacional de Derechos Humanos “Don Sergio Méndez Arceo” como “reconocimiento a toda una vida entregada en la defensa y promoción de los derechos humanos de los pobres e indígenas de Huejutla, Hidalgo y en Tehuantepec, Oaxaca”.
El obispo Lona Reyes, junto con el arzobispo de Antequera Oaxaca, Bartolomé Carrasco Briseño, y el obispo de San Cristóbal de las Casas, Samuel Ruiz García, aplicaron la teología de la liberación en la zona Pacífico Sur, lo que les valió el hostigamiento y hasta persecución de las autoridades eclesiásticas.
Sin embargo, nunca dejaron de abanderar las causas de los pobres, de los indígenas, de las mujeres, situación que les valió también el acoso de las autoridades y se llegó hasta las amenazas de muerte.
Lona Reyes en particular sufrió 11 atentados por encabezar manifestaciones de apoyo a los migrantes, la resistencia de los indígenas a megaproyectos y la lucha contra cacicazgos políticos e invasiones en territorio de los Chimalapas.
El ataque más reciente ocurrió en septiembre de 2015 cuando la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca ordenó la aplicación de medidas cautelares al obispo emérito de Tehuantepec ante la nueva amenaza de muerte ahora de parte de presuntos invasores chiapanecos que pretenden asentarse en el territorio de los Chimalapas.
Según el prelado, recibió una llamada en su teléfono celular, cuyo número no reconoció, en la que su interlocutor le advirtió que “si vuelve a ir a San Francisco la Paz lo van a matar”.
Fuente Proceso