Pocas veces la catedral cierra sus puertas a los feligreses para dar paso a un evento privado, en el que hubo incluso vallet parking para los invitados especiales.
Como ocurrió el pasado 25 de enero para una boda. El novio, Edgar Cazerez, es lo de menos, lo importante ahí era la novia: Alejandrina Giselle Guzmán Salazar, apellido reconocido en todo el mundo.
De acuerdo a la información que ya circula en las redes sociales, las puertas de la catedral ubicada en pleno centro de la capital del Estado, estaban vigiladas por guardias privados y nadie podía entrar a misa sin la invitación.
Fotografías muestran unidades de lujo estacionadas afuera del recinto, casi todas de color claro. Varias zonas aledañas acordonadas con cinta amarilla, como las usadas por las autoridades cuando delimitan de forma preventiva un área.
La fiesta fue en grande pues tocó Calibre 50 y cantó El Julión Álvarez, así como José Manuel Figueroa, según algunas imágenes que compartió una usuaria de Instagram y la información e imágenes fueron retomadas por algunos medios de comunicación nacionales.
Los recién casados bailaron el vals al ritmo de Contigo, de Calibre 50.
A través de la cuenta de Instagram de “Chica Picosa” fue que se dieron a conocer imágenes de la celebración a la que acudieron reconocidos cantantes; y en varios videos se puede ver a Giselle que luce un hermoso vestido blanco.
La persona que compartió el contenido en su cuenta de Instagram detalló que los videos fueron enviados por varias fuentes que los contactaron por mensaje privado para dar a conocer lo que se vivió en la boda.
Alejandrina Giselle es hija de Guzmán Loera y Alejandrina Salazar Hernández; a diferencia de sus hermanos, se ha mantenido lejos de las cámaras.
Su existencia se dio a conocer en el 2012 cuando fue detenida en la garita de San Diego, ya que quiso ingresar al país estadounidense con papeles falsos y pasó unos meses en la cárcel, después fue deportada a México tras realizar investigaciones sobre su estilo de vida, pero se declaró inocente y ajena a las actividades de su padre.
Actualmente Giselle es propietaria de los derechos de la marca “Chapo”, en la que vende joyas, relojes, ropa y juguetes relacionados al narcotraficante.
En la capital sinaloense todo es silencio sobre este acontecimiento.