Negligencia en Acuario de Veracruz provoca la muerte de varios animales en peligro de extinción

A un mes de que el gobierno de Cuitláhuac García tomó el control del Acuario de Veracruz, ya se registró la muerte de varios animales cuya especie está en peligro de extinción, a causa de la baja en el rendimiento del personal.

Usualmente, los especialistas del acuario o de la Universidad Veracruzana son quienes atienden a animales que quedan varados o que resultan lesionados en alguna playa del estado.

Pescadores acusaron que el 10 de junio pasado una orca pigmea o ballena piloto murió en playas de Chachalacas, en Úrsulo Galván, debido a que los expertos tardaron más de cuatro horas en llegar a auxiliarla.

Comerciantes, guías en cuatrimotos, turistas, encargados de un campamento tortuguero  y personal de Protección Civil municipal intentaron mantener a salvo al ejemplar que se encontraba herido.

La orca fue localizada antes de las 11 horas, pero el personal del acuario llegó después de las 15, aun cuando del puerto de Veracruz a Chachalacas la distancia es de 46 kilómetros.

El procedimiento para dar aviso y solicitar la ayuda fue el mismo que durante años se ha seguido, pero la diferencia es que ahora la respuesta fue lenta, dijeron los denunciantes.

Sergio Armando González Ramírez, presidente de Earth Mission, subrayó que lo más preocupante es que el burocratismo puede costarle la vida a las especies que regularmente rescata el acuario .

Rubén Méndez, comerciante palapero de esa playa, grabó un video en el que se muestra aún con vida al animal, cuando algunas personas trataban de mantenerlo dentro del agua, pero como no tuvieron el apoyo de ningún biólogo el especimen murió.

El gobierno estatal negó que hayan tardado en atender el llamado y dijo que el cetáceo murió porque estaba herido.

Especialistas aseguraron que la burocratización y el despido de personal experimentado en rescate de fauna silvestre que tenía el Acuario de Veracruz por parte de la Procuraduría del Medio Ambiente está “costando caro”.

González Ramírez también acusó que en mayo pasado entregó a la nueva administración del acuario un polluelo de tecolote, que solo necesitaba alimentación y cuidado mientras crecía para ponerlo en libertad en forma segura, pero el ave murió cuatro días después.

“Yo entregué un tecolote mochuelo sano y únicamente lo que tenía que hacerse era darle la atención y alimentación. No tenía fracturas, no tenía golpes y eso fue una negligencia por este cambio de administración tan abrupto”, reprochó.

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