Isla Mujeres, 23 de diciembre.— Luego de que en noviembre pasado la Comisión Federal de Electricidad (CFE) sometió a evaluación de impacto ambiental el proyecto denominado Reemplazo del Tramo de Cable Submarino desde Punta Sam a Isla Mujeres, con inversión de 235 millones de pesos, la empresa dio marcha atrás en la obra sin exponer sus razones a los isleños.
El abastecimiento de electricidad a la isla se hace mediante un cable submarino, con 30 años de operación, que viene desde la subestación Bonampak, al oriente de Cancún. Debido al tiempo en uso, el cable presenta corrosión del aislamiento, por lo que urge su renovación ante las constantes fallas en el suministro, como la ocurrida en enero de 2017, que durante 12 horas dejó sin electricidad a la ínsula.
La paraestatal presentó el 27 de noviembre pasado ante la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) su solicitud de Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), pero luego anunció su desistimiento, en pleno proceso de evaluación.
La renovación del cable submarino tenía como objetivo mejorar el suministro de energía a Isla Mujeres, toda vez que el cable transmisor que opera actualmente fue instalado en 1989 y se encuentra en grave deterioro.
Esa situación ha generado incertidumbre en la isla debido a que el cable submarino es su única fuente de abastecimiento y ya es insuficiente por el crecimiento de la oferta hotelera y de la propia población, que rebasa la capacidad de transmisión y, en consecuencia, la calidad del servicio mermó en los últimos años.
El proyecto abarcaba la instalación, operación y mantenimiento de un cable eléctrico submarino conformado por tres tramos de línea, dos subterráneos y uno marino, que va de Punta Sam a Isla Mujeres, usando la parte marina y una unidad móvil de emergencia de respaldo durante la renovación.
Conforme al artículo 50 del Reglamento de Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, la CFE, como promovente del proyecto, notificó a la Semarnat su desistimiento del procedimiento administrativo iniciado para solicitar la autorización de la MIA, pero la población isleña desconoce las razones de esa decisión.