CIUDAD DE MÉXICO, 6 de septiembre.– En una reunión a puerta cerrada con sus colaboradores, Marcelo Ebrard, exsecretario de Relaciones Exteriores de México, dejó claro que ya no participará en el proceso de selección interna de Morena ni asistirá al evento de anuncio oficial del ganador. Durante esta reunión, Ebrard expresó su rechazo a someterse a Claudia Sheinbaum, la favorita del presidente Andrés Manuel López Obrador para sucederlo.
“No nos vamos a someter a esa señora”, afirmó Ebrard en referencia a Sheinbaum, recibiendo aplausos y aclamaciones de sus seguidores que lo llamaban “presidente”. Además de su postura firme ante Sheinbaum, Ebrard planteó la posibilidad de romper con la dirigencia del partido, encabezada por Mario Delgado, declarando: “No vamos a tolerar a una dirigencia que nos haga esto”.
El enojo de Ebrard era evidente, y durante la tarde del miércoles, su equipo denunció irregularidades en las encuestas en una conferencia de prensa. Afirmaron que estas no eran meras incidencias de un día, sino problemas que se habían manifestado a lo largo de todo el proceso. Ebrard también acusó a la dirigencia de Morena de impedir por la fuerza el acceso de su equipo al edificio donde se llevaba a cabo el conteo oficial de votos y de que la policía agrediera a su representante ante el partido, la senadora Malú Mícher.
En la reunión privada, Ebrard lamentó profundamente lo sucedido, mostrando su apoyo a Mícher y expresando su incredulidad ante los acontecimientos. El exsecretario de Relaciones Exteriores recordó su pasado colaborativo con Mario Delgado, quien había dado sus primeros pasos políticos de la mano de Ebrard durante el Gobierno de Ciudad de México.
Ebrard hizo hincapié en que no aceptaría premios de consolación, como una senaduría u otros cargos, y subrayó la necesidad de explicar al público lo que había ocurrido con las encuestas. Propuso que la mejor solución era repetir el proceso de manera más transparente. Como resultado de su decisión, canceló su participación en la agenda de Morena para el día siguiente y convocó a su equipo a una reunión el próximo lunes para determinar el camino a seguir en sus aspiraciones políticas.
El excanciller también comparó esta situación con su declinación a favor de Andrés Manuel López Obrador en 2011, cuando aceptó su derrota en las encuestas. Sin embargo, Ebrard argumentó que esta vez era diferente debido a las inconsistencias que habían marcado el proceso desde el principio.