Lo que se sabe es que la situación económica y financiera del gobierno estatal está muy difícil e incluso complicada. Carlos Joaquín recibió el gobierno en las peores condiciones. Desvencijado y desmantelado. Sin dinero y sin la suficiente documentación.
Sin embargo, parecía que después de la renegociación de la deuda pública comenzaría la operación política para enjuiciar a los responsables de la debacle financiera del gobierno. Se operó políticamente bien en el Congreso. Se renegoció la deuda pública. Se aprobó el paquete fiscal por unanimidad con todo y que hubo resistencias en la negociación privada.
Se aprobó el nombramiento de nuevos Magistrados, sin ningún problema. Se aprobó el nombramiento del nuevo Fiscal, sin mayores problemas porque Miguel Angel Pech Cen es un abogado con experiencia.
No se ha podido destituir o presionar para renuncia el Auditor Superior del Estado, cuyo hermano es subsecretario de Hacienda y una de las personas de mayor confianza del gobernador. Javier Zetina allí está en su cargo sin ningún problema.
La operación con la élite política ha salido bien. Las cúpulas de los partidos se han entendido de la mejor manera. Pero abajo hay problemas. Y es allí donde los políticos en el poder han demostrado impericia para negociar. No es lo mismo convencer a los diputados del PRD, del PAN, de Nueva Alianza o de Morena, que a campesinos iracundos, y más si hay intereses que los mueven.
Y de repente estalló el problema de la inseguridad con muertos, heridos y escándalo nacional e internacional.
¿No sabían que esto podía pasar? ¿No estaban enterados de que la seguridad pública pende de un hilo? ¿Ignoraban que las corporaciones policíacas tanto estatal como municipal funcionan a duras penas, que están infiltradas por la delincuencia y que no tienen la debida preparación para cumplir con su deber?
¿No sabían que en Cancún y Playa del Carmen los delincuentes tienen sentados sus reales con alguna cobertura institucional? ¿Ignoraban el flagelo de la extorsión y de la intimidación a negocios de todos tipo?
¿Ignoraban que los centros de espectáculos tienen un peligro latente por lo que allí se expende y por los que lo controlan?
¿Ignoraban que en la mayoría de las colonias populares de Cancún impera la ley de la selva?
El gobernador Carlos Joaquín ha pedido el apoyo de la federación y obtuvo pronta respuesta. El ha hecho un diagnóstico real de la situación de la seguridad pública. Pero hace falta más. Hay que enjuiciar y castigar.
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