¡No serán reubicados!; permanecerán cerca de 1 mil 800 artesanos en Chichén

A casi un año del aumento desproporcionado en el costo de la entrada a Chichén Itzá, de 242 a 480 pesos para los visitantes extranjeros, el gobierno de Yucatán no planea reubicar a corto plazo a 1 mil 800 artesanos que mantienen invadida la zona arqueológica, uno de los argumentos para su reubicación.

De acuerdo con información del Diario de Yucatán, el director general del Patronato de las Unidades de Servicios Culturales y Turísticos de Yucatán (Cultur), Mauricio Díaz Montalvo, aseguró que el gobierno del Estado no tiene por ahora intención de desalojar a esos comerciantes y apuntó que mientras no tengan una opción para ellos, las cosas se mantendrán como hasta ahora.

Sobre el supuesto “plan maestro” elaborado en la administración de Rolando Zapata Bello para resolver ese problema, apuntó que tiene muchos inconvenientes y es difícil de realizar.

Reubicar a los vendedores ambulantes ha sido una petición constante de dirigentes de organismos relacionados con el turismo, tanto de Yucatán como de Quintana Roo, pues además de un problema de imagen y del asedio a los visitantes, el reconocimiento de ese sitio como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) está en riesgo, al igual que su categoría de “maravilla del mundo moderno”.

Uno de los más fuertes críticos de esa situación es Sergio González Rubiera, presidente de la Asociación Mexicana de Agencias de Viajes (AMAV), quien en su momento peleó contra el aumento en las entradas por considerarlo “una aberración, inaceptable, ilógico y absurdo por varias razones”.

Además, del poco tiempo con el que se informó sobre el aumento, del que no hubo notificación oficial del gobierno del estado de Yucatán, pese a que las agencias de viajes de Cancún, Riviera Maya son los principales clientes de Cultur al generar entre 70 y 75 por ciento de los turistas que visitan Chichén Itzá, se quejó por la pésima calidad de los servicios que ofrece el parador turístico.

Si Cultur hubiera invertido en infraestructura, accesos nuevos o mejorados, se justificaría el aumento, lo entenderíamos y podríamos llegar a alguna negociación, pero no fue así, expuso.

Y aunque promovió un boicot contra la medida, éste fracasó porque los visitantes solicitan el viaje a Chichén Itzá. Sin embargo, el alza pudo haber influido en la baja en el número de visitantes a la zona arqueológica, que pasó de 284 mil 680 en 2018 a 226 mil 930 en 2019.

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