Un oficial de la policía de Miami, con dos décadas de experiencia frente a medios de comunicación y dirigentes comunitarios, asumirá como jefe de la policía de Ferguson con la esperanza de contribuir a que ese suburbio de San Luis se recupere de sus heridas tras la muerte a tiros de Michael Brown a manos de un agente.
El afroestadunidense Delrish Moss, mayor de la policía de Miami, fue nombrado el jueves jefe de la policía de Ferguson, donde encabezará un departamento predominantemente blanco que vigila una localidad en la que dos terceras partes de los habitantes son negros.
Brown, de 18 años, era negro y estaba desarmado cuando lo mató a tiros el agente blanco Darren Wilson durante una confrontación callejera el 9 de agosto de 2014.
El incidente desató una oleada de agitación que duró meses —en la que en ocasiones hubo hechos de violencia— y propició que surgiera el movimiento nacional Black Lives Matter (Las vidas de los negros importan).
Un jurado investigador de St. Louis y el departamento federal de Justicia declinaron acusar formalmente a Wilson, que renunció en noviembre de 2014.
Sin embargo, en marzo de 2015, el Departamento de Justicia emitió un informe crítico sobre Ferguson en el que mencionó prejuicios raciales en la labor policial y un sistema judicial municipal que sacaba dinero a los pobres y a los residentes de grupos minoritarios.
El administrador municipal de Ferguson, el juez municipal y el jefe policial Tom Jackson renunciaron días después de emitido el informe. El ayuntamiento de Ferguson alcanzó hace dos semanas una solución con el Departamento de Justicia en la que se prevén reformas importantes al sistema de justicia penal de la ciudad.
Moss, de 51 años, creció en el vecindario de Overtown, en el interior de Miami, y cuando era adolescente vivió los disturbios derivados de la golpiza que propinaron agentes policiales blancos a un motociclista negro en 1980.
Vivía en Overtown cuando la localidad estuvo en llamas. Uno ve la destrucción”, había declarado Moss a principios de marzo al periódico Miami Herald. “Las personas más perjudicadas no son la policía ni los negocios en las afueras de la zona, sino las personas que viven ahí, y yo pertenecía a una de esas familias”.
Moss se integró a la policía de Miami en 1984, en la que ascendió de rango de manera constante. Trabajó algún tiempo en la unidad de homicidios, según su cuenta de LinkedIn, antes de asumir las relaciones públicas con la prensa y la comunidad hace 20 años.
Su cargo implica ocuparse de los medios noticiosos e interactuar con dirigentes comunitarios en la ciudad, en particular en zonas de alta delincuencia como el vecindario Liberty City, según el departamento.
Después de que se convirtiera en finalista para el cargo de jefe de la policía en Ferguson, Moss había dicho que tenía la capacidad para hacer sanar las heridas en esa ciudad de Misuri.