Otra vez, Novak Djokovic llega al Abierto de Francia en busca del único título que le falta para completar el Grand Slam en su carrera, algo que sólo han conseguido siete hombres en la historia del tenis.
El serbio ha estado cerca de sumar el trofeo a su colección, al perder la final en tres de los cuatro últimos años.
Esta vez, Djokovic se juega incluso más en Roland Garros: ganador de sus 21 últimos partidos en torneos de Grand Slam, el serbio llega a París con la posibilidad de convertirse en el primer hombre en casi medio siglo que gana cuatro majors consecutivos.
Roger Federer jamás lo hizo. Tampoco Rafael Nadal, ni Pete Sampras o Bjorn Borg.
El último hombre que tuvo en su posesión los cuatro trofeos de Grand Slam fue Rod Laver, en 1969, cuando los conquistó el mismo año.
Djokovic ganó Wimbledon y el Abierto de Estados Unidos el año pasado, y el Abierto de Australia en enero, por lo que tiene la posibilidad de lograr un “Nole Slam”, algo así como el llamado “Serena Slam” que Serena Williams ha conseguido en dos ocasiones.
Recientemente, el número uno del mundo ha sido casi invencible en cualquier superficie y en cualquier torneo, no sólo los Grand Slams. Tiene marca de 119 desde el principio de 2015 —o sea, ganó el 93% de sus partidos— con 16 títulos en ese período.
En 2016, ganó 37 de sus 40 partidos y sumó cinco coronas.
“Tengo mucha confianza porque he ganado muchos partidos este año”, dijo Djokovic. “En arcilla y todas las otras superficies”.
De todas formas, para ponerle una pizca de intriga al torneo, el serbio viene de sufrir un revés, y nada menos que en polvo de ladrillo, a pocos días del inicio del Abierto de Francia el domingo. Djokovic cayó ante Andy Murray en la final del Abierto de Italia, el último fogueo para ambos antes del segundo Grand Slam de la temporada.
(Agencias)