Nueva controversia en el tren Maya: suspensión de trabajos en Chichén Viejo

Nueva Controversia en el Tren Maya: Suspensión de Trabajos en Chichén Viejo

Nueva Controversia en el Tren Maya: Suspensión de Trabajos en Chichén Viejo

CHICHEN ITZÁ, 14 de agosto.– Una reciente disputa ha surgido en relación al Tren Maya, ya que los trabajadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México han paralizado las actividades de restauración e investigación en Chichén Viejo, uno de los 13 complejos residenciales ubicados al sur de la zona arqueológica de Chichén Itzá, en el sureste del país.

Esta suspensión surge debido a un conflicto con una familia propietaria de un hotel que se opone a dichos trabajos.

La familia Barbachano, propietaria de un hotel, ha cerrado el acceso a Chichén Viejo, lo cual ha causado problemas y retrasos considerables. El INAH y la Secretaría de Cultura federal tienen previsto reabrir el sitio el próximo 2 de septiembre, pero esta nueva controversia pone en riesgo tal reinauguración, según reveló un funcionario federal que prefirió mantener su identidad anónima en declaraciones a la agencia EFE.

El director de la zona arqueológica de Chichén Itzá, el arqueólogo José Francisco Osorio, expresó que están en proceso de negociación para resolver el conflicto. “Estamos en negociaciones”, afirmó. Sin embargo, hasta que no se llegue a un acuerdo, el acceso a la zona arqueológica de Chichén Viejo o Serie Inicial permanecerá suspendido.

Chichén Viejo o Serie Inicial es un complejo de gran valor histórico que incluye el Palacio de los Falos, el Templo de los Búhos y otros monumentos emblemáticos. El cierre del acceso ha dificultado el trabajo de investigadores, restauradores y empleados del INAH, quienes estaban llevando a cabo labores finales en este lugar habitado por personajes de élite de la cultura maya.

La familia Barbachano, reconocida por su presencia en el sector turístico del estado, ha tenido otras interacciones con la zona arqueológica. En 2010, el Gobierno de Yucatán adquirió 83 hectáreas de la zona arqueológica de Chichén Itzá de la familia Barbachano por un valor de 220 millones de pesos (casi 13 millones de dólares).

Esta compra fue vista por el INAH federal como un paso importante para mejorar la experiencia de los visitantes y promover la cultura maya tanto entre los nacionales como entre los extranjeros.

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