Washington.— El Tribunal Supremo de Estados Unidos obligó ayer al presidente Donald Trump a entregar sus declaraciones de impuestos a un fiscal que lo investiga en Nueva York, pero es muy improbable que esos registros lleguen a manos de la justicia antes de las elecciones del 3 de noviembre.
La mayoría conservadora del Supremo concedió una victoria agridulce a los fiscales y miembros de la oposición demócrata que desde hace más de cuatro años exigen que el gobernante publique sus declaraciones de impuestos, algo que han hecho todos sus antecesores a lo largo de la historia, pero que él se ha negado a hacer.
El tribunal había examinado el tema en dos casos distintos, uno relacionado con el reclamo a Trump de las autoridades de Nueva York y otro vinculado a la investigación abierta por la oposición demócrata en la Cámara de Representantes, destinada a identificar posibles conflictos de interés del presidente.
El Supremo falló siete a dos contra Trump en un caso presentado por el fiscal de distrito de Manhattan, Cyrus Vance Jr, un demócrata que busca obtener ocho años de registros financieros del presidente en relación con un supuesto pago para silenciar a la actriz porno Stormy Daniels, que podría ser una violación a las leyes de financiamiento de campañas.
En cambio, devolvió un segundo litigio a tribunales inferiores, lo que retrasa por ahora la posible entrega a la Cámara Baja de los siete años de registros financieros de Trump que reclaman los demócratas.
La mayor derrota para el presidente fue el contundente rechazo del Supremo a la idea de que Trump tiene una inmunidad absoluta frente a investigaciones criminales mientras esté en el cargo.
“Hace 200 años, un gran jurista de nuestra corte estableció que ningún ciudadano, ni siquiera el presidente, está categóricamente por encima del deber común de presentar pruebas cuando se le solicita en un proceso penal”, dictaminó el tribunal. “Hoy reafirmamos ese principio y mantenemos que el presidente no es absolutamente inmune ante las citaciones penales de estados que busquen sus documentos privados”.
Trump reaccionó con furia, al tachar de “enjuiciamiento político” los casos relacionados con sus impuestos, y lamentar que después de superar la investigación sobre la presunta injerencia rusa en las elecciones de 2016, tenga ahora “que seguir luchando en una Nueva York políticamente corrupta”.
El mandatario se quejó además de que le ocurra esto cuando la administración de Barack Obama (2009-2017) fue “totalmente corrupta” y “espió” a su campaña, una acusación sobre la que nunca ha presentado pruebas, y “no les ha pasado nada”. Añadió que es otra “caza de brujas” en su contra. Su abogado, Jay Sekulow, declaró: “Estamos contentos porque el Tribunal Supremo ha bloqueado temporalmente la obtención de las declaraciones de impuestos del presidente tanto por parte del Congreso como de los fiscales de Nueva York. Ahora procederemos a plantear más cuestiones constitucionales y legales en los tribunales inferiores”.
Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes y líder demócrata en el Congreso, dijo que continuará presionando para que los registros financieros de Trump se entreguen a los legisladores.
El fiscal de Manhattan, Cy Vance Jr, calificó la decisión del Supremo como “una tremenda victoria” para el sistema judicial por establecer que “nadie, ni siquiera el presidente, está por encima de la ley”, y adelantó que retomará la investigación.
El Supremo, con dos jueces nombrados por Trump, le ha asestado una serie de golpes recientes al mandatario, incluyendo el fallo que prohíbe discriminar en el trabajo a homosexuales y transgénero, y el que impidió a Trump poner fin al programa DACA.