“Alonso”, gobernador con aspiraciones presidenciales de un importante estado de la república, enfrentaba al mismo tiempo escándalos de corrupción, problemas de inseguridad y la oposición empresarial a una iniciativa de ley de tinte paternalista.
Había que desviar la atención a donde fuera necesario.
Un día, los empresarios más poderosos del país fueron a visitarlo y le advirtieron que no lo seguirían apoyando de continuar con ese proyecto de ley “que descapitalizará al estado”.
En respuesta, pidió a los empresarios que lo acompañaran a una conferencia de prensa montada ex profeso para presentar el proyecto legislativo, en la que se echaría mano de un niño desvalido, que en lugar de ir a la escuela pedía limosna en las esquinas.
“Que el niño sea la imagen de la campaña de nuestro proyecto de ley, hay que tomarle muchas fotos, hay que hacer mucho ruido, que el país entero llore con su historia”, instruyó a su equipo.
A regañadientes, los empresarios lo acompañaron a la conferencia de prensa y en lugar de oponerse públicamente a la ley que combatían en privado, la apoyaron luego de que “Alonso” dijo que era una iniciativa con la que los empresarios dejaban patente su responsabilidad social.
Los empresarios se retiraron sonrientes, contentos.
“¿Ves?, los empresarios primero me odian y luego agradecen”, presumió “Alonso” a sus colaboradores.
Se trata de una escena de la telenovela “La candidata” que protagonizan la actriz Silvia Navarro
y el actor Rafael Sánchez Navarro, de la que parece arrancada el acto que encabezó este lunes el presidente Enrique Peña Nieto, para dar a conocer un presunto pacto económico con la cúpula empresarial mexicana para, entre otras cosas, evitar aumentos “injustificados” a precios y productos.
Los empresarios estuvieron allí, sonrientes, haciendo suyos compromisos que no podrán cumplir. Sólo rechazó el pacto la Coparmex.
Como la conferencia de prensa de “Alonso”, el evento de Enrique Peña Nieto sólo fue una puesta de escena para la foto, pues contra los deseos de todos cualquier aumento a los precios de productos y servicios estará justificado por el irracional aumento a las gasolinas.
Es una repetición de escenas similares que se da cada vez que el gobierno enfrenta una crisis. Por lo menos de Ernesto Zedillo a la fecha, incluyendo los gobiernos panistas, las crisis se combatieron con ocurrencias, con compromisos irrealizables empaquetados como decálogos que nunca resolvieron nada.
Con ellos sólo se busca diluir la realidad, generar falsos debates con los que se tiende un velo a los problemas de fondo para ocultar la incapacidad gubernamental de resolver las cosas.
Es la misma receta que se recicla en cada generación, en cada momento difícil.
Son ocurrencias de telenovela.
Platea
En el acto que encabezó el presidente Peña Nieto con los empresarios quedó patente que lo único que prevalece es la desconexión de los dirigentes con la realidad que viven a los que dicen representar.
Mientras se hablaba de carestía en los alimentos, mientras se planteaban posibles soluciones a alguna eventual escasez de productos, el líder de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) blandía en su mano izquierda un exclusivo reloj Patek Philippe con valor superior a los $500,000 pesos.
Sin duda, una falta de sensibilidad por parte del llamado líder obrero.
Luneta
Histórico. Lo que se vivió el domingo pasado en Puerto Morelos con la celebración de un sorteo de la Lotería Nacional no lo había registrado nunca antes ningún otro municipio del estado.
La comuna gobernada por Laura Fernández Piña es la primera del estado en merecer un sorteo conmemorativo, lo que implica difusión nacional a través de los billetes de lotería.
El evento emocionó, incluso, a Francisco López Mena, secretario de Gobierno, quien con sensibilidad compartió sus vivencias de cómo era Puerto Morelos cuando lo conoció en 1967.
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