El aniversario de la creación del estado de Quintana Roo es, en teoría, un momento de celebración, reflexión y orgullo para sus habitantes. Sin embargo, en la práctica, pareciera que este evento solo tiene lugar en el calendario cívico del Congreso y del gobierno estatal, mientras que los municipios, donde se encuentra la esencia misma de la vida cotidiana de los quintanarroenses, relegan esta importante fecha.
Es una oportunidad perdida que debería usarse para fortalecer la identidad y la unidad entre el sur y el norte del estado, en lugar de limitarse a actos oficiales que pocas veces trascienden las paredes gubernamentales.
Mientras en el calendario cívico nacional se celebran a lo largo del año actos cívicos y ceremonias para conmemorar fechas importantes de nuestra historia, poco a poco en Quintana Roo ha ido desaparecieron estas celebraciones, especialmente las relacionadas con la historia local, que pasan desapercibidos en la mayoría de los municipios.
La creación del estado de Quintana Roo se trata de un día que podría ser un vehículo para fomentar el arraigo de la gente que llega de otros estados, pero en cambio, la cultura y las tradiciones locales quedan fuera de las agendas municipales.
El presunto amor a esta tierra, solo queda en muchos casos en los discursos vagos y vacíos, muchas veces llenos de datos equivocados.
Las direcciones de cultura, en especial en los municipios turísticos, parecen más distraídas en otras cosas que en promover las raíces culturales que hacen único a este estado. Hay muchos grupos sociales que realizan actividades culturales vinculadas con la región que son ignoradas, cuando debería aprovecharse su trabajo.
Pero no ocurre así. Quizá por que no se facilita el lucimiento político.
En este contexto cobra relevancia lo sucedido en el municipio de Solidaridad, gobernado por Estefanía Mercado Asencio, donde se rompió con esta tendencia al organizar por primera vez un evento conmemorativo en honor al aniversario de Quintana Roo.
El programa cultural y artístico titulado “Quintana Roo, corazón del Caribe” reunió a niños, jóvenes y adultos de los 11 municipios para realizar presentaciones de bailes folclóricos tradicionales, como el mayapax y la jarana, en un despliegue que destacó la riqueza cultural del estado.
Este esfuerzo es un ejemplo de cómo debería abordarse la celebración del aniversario estatal en todos los municipios, no solo como una fecha más en el calendario circunscrito a un evento oficial en Chetumal, sino como una oportunidad para fortalecer la identidad cultural.
La cultura local, especialmente en los municipios turísticos, está perdiendo espacios donde mostrarse. A través de eventos como el organizado en Solidaridad, se puede crear una plataforma para que las nuevas generaciones conozcan y valoren las tradiciones que conforman las raíces de Quintana Roo.
Estefanía Mercado lo dijo claramente en su discurso: “Quintana Roo es más que un destino turístico, es un epicentro cultural, en el que conviven nuestras raíces mayas con las historias de quienes llegaron de otros rincones de México y el mundo. Esa diversidad nos define, nos fortalece y es nuestro mayor tesoro”.
Estas palabras señalan el camino a seguir: fomentar la cultura no solo como entretenimiento, sino como una herramienta de cohesión social.
Además, la Presidenta Municipal destacó la importancia de la cultura como parte de la agenda de construcción de paz en Solidaridad, subrayando que “a través de la música, la danza, el teatro, la literatura y todas las expresiones artísticas y culturales encontramos un lenguaje en común, que trasciende las diferencias y nos une como un solo pueblo”.
Aquí radica la verdadera importancia de estos eventos. No se trata únicamente de preservar tradiciones, sino de utilizarlas para fortalecer el tejido social en un estado que cada vez es más diverso y donde las diferencias culturales pueden ser un reto, pero también una oportunidad de integración.
Es evidente que los ayuntamientos deberían estar obligados a realizar actividades importantes para celebrar las fechas cívicas relevantes del estado, comenzando con el aniversario de Quintana Roo.
Sin embargo, para lograrlo, es imprescindible que sus autoridades, desde alcaldes y alcaldesas hasta regidores, se empapen de la historia y las tradiciones quintanarroenses.
Además de una pequeña dosis de voluntad, el desconocimiento de estas raíces es lo que impide que las celebraciones tengan el impacto que deberían tener.
Todos los años Cancún, por ejemplo, se lleva de color con una representación de la Guelaguetza. ¿Por qué no se pudiera hacer lo mismo con una gran vaquería, por ejemplo?.
Las fechas cívicas no deben ser vistas como trámites administrativos, sino como momentos clave para reforzar la identidad y la unidad entre los ciudadanos.
El ejemplo de Solidaridad debería servir de inspiración para otros municipios.
Al poner en valor las tradiciones, la cultura y la historia del estado, se fomenta un sentido de pertenencia que va más allá del turismo y que permite que las nuevas generaciones construyan un vínculo sólido con su tierra.
Celebrar el aniversario de Quintana Roo no es solo un acto cívico, es un compromiso con la identidad, la cultura y la paz social de todo un estado.