Para que los 20 millones de habitantes de la Ciudad de México pudieran conocer la Vía Láctea debería presentarse un corte de de luz generalizado, comentó Silvia Torres, presidenta de la Unión Astronómica Internacional.
Durante la reunión “Derecho a los Cielos Oscuros”, que se realiza en el Centro de Cultura Digital, la especialista añadió que la Ciudad de México tiene problemas enormes de luz.
“Hay anuncios muy luminosos un gran riesgo y hay otros que están en los paraderos de los autobuses en la calle que además se mueven y son para los conductores, entonces si miras el anuncio con superficie brillante que deslumbran y eso se traduce en un problema de seguridad. Es todo un problema de alumbrado público”, estimó la investigadora.
Esto se debe, añadió Nuria Sanz, representante de la UNESCO en México, a que el proceso de urbanización en la Tierra es tan creciente y tan exponencial que los habitantes de la ciudad nos vamos a quedar sin oscuridad y que aquellos lugares que la necesitan obligatoriamente están empezando a ser afectados.
La funcionaria recordó que existen en el mundo varios observatorios astronómicos que han dejado de realizar investigación debido a la falta de oscuridad, pues los afecta el alumbrado público.
“Ya sabemos lo que hacen los astrónomos, ahora que puede hacer el ciudadano de a pie por los cielos, eso es un poco la idea de porque juntar a tantas disciplinas, del porque hacerlo desde México y de porque invitar a los expertos chilenos que junto con México han desarrollado este tema con una mayor extensión y sobre todo que de aquí salga una cooperación directa de los países y que se genere un programa de trabajo que concientice que genere política pública para defender los cielos”, precisó Sanz.
A su vez, el astrónomo José Franco, recordó que cuando se promovió en el Senado de la República la Ley de Cielos Oscuros, crearon un slogan que rezaba: Apago un foco y prendo una estrella.
El alumbrado público, recordó Franco, es un servicio que cuesta mucho dinero al contribuyente, por lo tanto, toda la luz que se va hacia el cielo significa un desperdicio de dinero de los contribuyentes y un desperdicio de energía.
“Si logramos tener luminarias adecuadas para que la luz vaya hacia abajo y no hacia arriba, se va ahorrar una cantidad de dinero gigantesca, porque aproximadamente entre el 25 y 30 por ciento del presupuesto de los municipios se va en alumbrado público”, dijo.
“No sé si hace tres días vieron el cielo, se veían las montañas de una manera impresionante, este es un privilegio que las personas que habitamos las ciudades estamos perdiendo, se habla mucho del smog, pero una equivalencia de contaminación hacia el cielo nocturno son estas malas luminarias que no permiten contemplar las estrellas”, finalizó la doctora Torres.