Vivimos en la inminencia de un nuevo proceso electoral. Para elegir al titular de Poder Ejecutivo, a los integrantes del poder legislativo y a los once Ayuntamientos. Las campañas electorales pronto estarán en curso. Los partidos ya han definido a sus candidatos con sus respectivos métodos, y los candidatos a principios de abril estarán en lo suyo: en buscar atraer el voto de la gente.
Pero la mayoría de la gente también anda en lo suyo, en la lucha por la sobrevivencia diaria, en trabajar o en buscar trabajo, en estudiar o en tratar de buscar espacios en las escuelas; en lidiar con la inseguridad; en tratar de llevar comida a sus casas, en buscar donde hacer deporte o donde hay sitios de entretenimiento sano y gratuito.
Y es por eso que a veces da la impresión de que las campañas van por un lado y la gente va por otro lado.
Más allá de los slogans, de los clichés, de las frases hechas y de los lugares comunes, las campañas deben servir para que los ciudadanos analicen trayectorias, programas y planteamientos.
Pero a veces la vida y la política marchan por caminos diferentes e incluso encontrados.
Las campañas se han convertido en giras de promesas desparramadas a los cuatro vientos. Los candidatos abordan temas muchas veces ajenos al sentir comunitario.
En cambio, la vida tiene otra dimensión y otras prioridades. La vida está en la calle, en el hogar, en el cine, en el teatro, en los cafés, en los bares, en las esquinas donde la gente se detiene para pensar que derrotero seguir.
La vida de los seres humanos comunes y corrientes gira en derredor de las urgencias cotidianas: la de ganarse el pan de cada día, la de lidiar con el tráfico infernal de casi todas las ciudades, la de pagar impuestos, pagar las colegiaturas de sus hijos, reparar las fugas de agua, celebrar los quince años de la hija, pagar la hipoteca o la renta de la casa, pedir un aumento de sueldo, pagar la tarjeta de crédito, aumentar la seguridad de sus casas, tener tiempo libre para ir al cine o a jugar con sus hijos, y otras minucias que son el eje de la vida de la inmensa mayoría de la gente.
Pronto sabremos si los candidatos logran entender el sentir de la gente. Pronto sabremos si tienen algo más que slogans y frases hechas. PD: Por lo pronto esta columna se reanudará el martes 29.
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