Veinticuatro horas después de que el alcalde de Benito Juárez, Paul Carrillo de Cáceres, ordenó defender el Palacio Municipal y desalojar de su interior a profesores y militantes del PRD que habían ocasionado destrozos, desde lejos los habitantes de la ciudad de México ven con cierta envidia esa acción de autoridad.
En su espacio de radio Fórmula, Ciro Gómez Leyva entrevistó ayer a Paul Carrillo y éste narró los hechos violentos que le tocó vivir cuando apenas lleva 15 días en el cargo. Dijo cómo fue que se trató de negociar con los profesores, mostró su extrañeza por el hecho de que éstos hayan pretendido manifestar ante una autoridad municipal su inconformidad por reformas federales.
“Personalmente el Gobernador se ha reunido seis veces con ellos, en una muestra de diálogo y de tolerancia. Yo seguí ese ejemplo”, dijo el alcalde.
Gómez Leyva y los otros dos comentaristas que lo acompañan en su programa hicieron comentarios positivos, en los que destacaron la oportuna actuación del alcalde cancunense y de la policía, para poner orden y mandar a la cárcel a los vándalos.
Alguna vez, cuando trataba de apaciguar los ánimos a dos grupos de colonos antagónicos, Mario Villanueva advirtió: “tranquilidad viene de tranca, no me obliguen a usarla”. Los profesores obligaron a ello.
La difusión nacional que desde el lunes tuvieron esos hechos generó comentarios positivos por la forma en que actuó la autoridad e, incluso, se hicieron bromas que, sin dejar de serlo, demuestran el hartazgo social que hay por la actitud de los profesores en lugares como la ciudad de México.
Como se sabe, en la capital del país los profesores han bloqueado las arterias más importantes, han provocado el colapso de las operaciones aéreas y afectado al comercio, sin que el gobierno del Distrito Federal, del PRD, haga algo para retirarlos.
Durante los días finales de la administración panista-perredista en Cancún, los profesores bloquearon dos veces el acceso a la zona hotelera y las entradas a la ciudad, sin que la policía, la misma que actuó el lunes bajo otras órdenes, hiciera su trabajo.
“Que el alcalde de Cancún venga a gobernar al Distrito Federal”, dijeron algunos mensajes de radioescuchas que llegaron ayer al programa de Ciro Gómez Leyva”.
“Queremos a la policía de Cancún”, dijo otro.
De ese tamaño es la desesperación de la gente por soluciones y el compromiso de las autoridades, que con una simple acción, con la sola decisión de hacer lo que les corresponde se ganan adeptos.
Pero como dijo el propio Paul Carrillo, apenas lleva 15 días en el cargo. Esa acción, una sola, lo puso en los reflectores nacionales, pero debe saber que no es suficiente.
En los próximos meses está obligado a hilvanar varias acciones de ese tipo en todas las áreas de la administración, para restablecer el orden en la administración municipal y cumplir con lo que ofreció en campaña. Ojalá así sea.