Por razones periodísticas republicamos este reportaje difundido en junio 2018, ya que este miércoles el ex director de Pemex, Emilio Lozoya, responde a las acusaciones de que recibió sobornos por parte de la Odebrecht. El proyecto Etileno XXI representó pérdidas por mil 900 millones de pesos para Pemex y se realizó en medio de una trama de sobornos de ejecutivos de la constructora brasileña a políticos mexicanos, como Lozoya, quien supuestamente recibió 10.5 millones de dólares.
El Consejo de Administración de Petróleos Mexicanos (Pemex), encabezado por José Antonio Meade, desoyó a tres de sus miembros que plantearon dudas, críticas, e incluso, la propuesta de suspender el proyecto Etileno XXI, argumentando la ilegalidad del contrato y los graves daños que podría (y causó) a la economía de la empresa.
La sesión del Consejo se realizó el 29 de abril de 2011 y fue encabezada por Meade, quien entonces era secretario de Energía en el gabinete de Felipe Calderón.
El objetivo central de la reunión fue analizar el contrato que firmó Pemex con el consorcio Braskem-Idesa, el 19 de febrero de 2010, para el suministro de etano durante 20 años, el cual incluyó la construcción de una planta cien por ciento privada para la producción de polietileno.
Los medios y organizaciones que forman parte de Méxicoleaks informaron que el consorcio solicitó al gobierno mexicano aumentar las tarifas de importación del polietileno, porque era “fundamental para la economía de las instalaciones”.
En el contrato, Pemex se comprometió a apoyar esta propuesta, la cual finalmente se concretó el 6 de enero de 2016 mediante un decreto firmado por el presidente Enrique Peña Nieto.
El proyecto de Braskem-Idesa fue seguido por Pemex con una política de no invertir en la ampliación de sus plantas para polietileno, con el objetivo de priorizar al proyecto de capital privado, concluyó una revisión de la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
En solo 10 meses de operación, Etileno XXI representó pérdidas por mil 900 millones de pesos para Pemex, pues vendió el etano a un precio más bajo de lo que le cuesta entregarlo, reveló una investigación de la ASF.
El proyecto se realizó en medio de una trama de sobornos de ejecutivos de Odebrecht (controladora de Braskem) a políticos mexicanos, como Emilio Lozoya, quien supuestamente recibió 10.5 millones de dólares, muestran documentos de investigaciones judiciales que se realizan en Brasil.
Pero seis años antes de que el proyecto fuera blanco de auditorías e investigaciones periodísticas, la plana mayor de Pemex escuchó los criterios técnicos que demostraban su falta de viabilidad económica.
Los funcionarios, encabezados por José Antonio Meade, escucharon las críticas, respondieron que en la firma del contrato se respetó la ley y aprobaron el acuerdo que, a seis años de distancia, es prácticamente el diagnóstico de pérdidas que representa Etileno XXI para Pemex.
LA REUNIÓN
La sesión inició a las 8:30 de la mañana del 29 de abril de 2011 y se realizó en la Sala de Consejo de Petróleos Mexicanos, que es un salón recubierto de madera, con una mesa oval y rematado por un mural de Abel Quezada.
La reunión fue presidida por José Antonio Meade, quien era secretario de Energía desde el 7 de enero de ese año. Fue la primera secretaría de Estado que ocupó y nadie imaginó que después despacharía desde Hacienda, Relaciones Exteriores y Desarrollo Social, con presidentes de dos partidos distintos, hasta ser nombrado candidato presidencial.
El Consejo de Administración de Pemex es el órgano superior de gobierno de la industria petrolera y su objetivo central aquel viernes era revisar el análisis del proyecto Etileno XXI que realizó el Comité de Estrategia e Inversiones.
Tras verificar la asistencia de los consejeros y altos directivos de Pemex, Meade dio inició a la sesión.
Poco a poco se fue desahogando la agenda del día sin mayores sobresaltos, hasta llegar al punto seis del orden del día, que fue el más discutido.
El consejero Héctor Moreira Rodríguez presentó las conclusiones del Comité de Estrategia e Inversiones, el cual indicaba que el proyecto Etileno XXI tenía “implicaciones estratégicas de alto impacto, sin embargo, el contrato NO se presentó al Consejo de Administración de Pemex, ni se ha discutido la estrategia de largo plazo (…)”.
El énfasis en el “NO” viene incluido en el acta de la sesión, lo cual indica el grado de protesta del comité.
Después, siguieron las críticas al proyecto y la forma en que se concretó: “Etileno XXI se presenta como un contrato de suministro cuando es realmente una decisión con enormes impactos estratégicos, lo cual representa una omisión de la administración”.
El documento estableció una crítica a la administración de Pemex por firmar un contrato de 20 años en un sector que le afectaría de manera estructural: “Es fundamental saber cuál es la ruta estratégica a seguir en términos de contratación y en términos de la participación de la empresa en este proyecto”.
La respuesta de Meade llegó después de que el consejero Moreira recomendó definir con claridad la estrategia de Pemex a largo plazo y plantear los proyectos al Consejo de Administración antes de su firma.
El ex candidato del PRI no respondió sobre la falta de una estrategia para Pemex, sino que defendió la legalidad de la firma del contrato: “quería aclarar que no existía ninguna obligación de presentar el contrato de suministro al Consejo, por lo que ese instrumento se había desahogado en los términos de la normativa vigente”, dijo Meade, según el acta.
Sin embargo, las críticas más contundente al proyecto Etileno XXI aún estaban por venir.
El doctor Héctor Moreira Rodríguez dijo que un consejero, Rogelio Gasca Neri, no había estado de acuerdo con la propuesta del comité, por lo que envió sus comentarios por escrito.
Tras plantear el panorama vigente en materia de hidrocarburos y la industria del polietileno, el consejero Gasca concluyó que la estrategia de Pemex era “inaceptable”, porque optó por “incrementar la producción de petroquímicos en el sector privado, a costa de Petróleos Mexicanos (…) sin ningún beneficio tangible para el consumo nacional”.
Desde 2011, Gasca pronosticó los subsidios al consorcio privado: “Pemex va a estar importando gas y crudo para venderlos con un 20% o un 30% de descuento respectivamente. Amén de no cobrar los costos de importación, transporte ni de separación del etano”.
El especialista fue particularmente crítico con la fórmula de venta del etano al consorcio Braskem-Idesa. Donde los ejecutivos escribieron “E = max [R x (1-Y) x FC1, V x N x FC2] / FC3 x TC”, Gasca descubrió pérdidas para Pemex.
Si la tarifa se fijó con el precio de referencia Henry Hub Natural Gas, “muestra la poca profundidad de ese Mercado y que puede fácilmente ser manipulado. El promedio ni siquiera es ponderado, sino aritmético”, dice el escrito que tuvo Meade frente a sus ojos.
Dentro de la fórmula descubrió descuentos para el consorcio que le parecieron extraños y planteó preguntas directas: ¿Cuál fue el criterio para establecer un factor de descuento del 30% sobre el purity ethane? ¿Por qué se aplica un descuento del 20% sobre el Henry Hub?”.
Concluyó que no había precedentes para los descuentos. “ (En) México no se aplica ningún descuento de este orden en los precios del gas natural, ni aun al más grande comprador de gas que es el sector eléctrico”.
Al tratar sobre la estrategia global de energéticos, Gasca afirmó que lo más rentable sería invertir en las plantas de Pemex, pues la Auditoría Superior de la Federación (ASF) ya había determinado que la infraestructura estaba subutilizada.
El análisis de Gasca Neri está lleno de cifras, referentes internacionales, contradicciones en la estrategia de Pemex y preguntas directas al Consejo de Administración.
Sus conclusiones son demoledoras: “Etileno XXI no es un proyecto integral para la industria petroquímica nacional, como se ha venido planteando, pues afecta negativamente al principal jugador de esta industria, que es Pemex. Se trata más bien de un proyecto que impulsa al sector privado, a costa de una subutilización de capacidad instalada y de un subejercicio presupuestal en PPQ (Pemex Petroquímica)”.
Para Gasca, el proyecto Etileno XXI tenía que suspenderse, para abrir un debate interno sobre cuál debería ser la ruta de Pemex y definir las alianzas estratégicas.
Además, criticó a las autoridades por no permitir el debate del contrato en el Consejo de Administración, pues involucraría montos por alrededor de 5 mil millones de dólares en los 20 años de duración del contrato.
La demoledora carta de Gasca fue seguida por un comentario del consejero Ricardo Aldana Prieto, quien afirmó que el Consejo se enteró del contrato cuando ya estaba firmado, aunque afectaba de manera estructural a la compañía.
Ante las críticas, José Antonio Meade respondió que en el futuro el Consejo de Administración debería tener acceso a contratos de interés; sin embargo, “apuntó que en el caso comentado, el proceso se había cumplido a cabalidad, tal como ya lo había asentado el Abogado General. Añadió que, sin embargo, algunos contratos de suministro tenían una importancia estratégica y el Consejo debiera de participar” (sic).
El consejero presidente nunca respondió a las preguntas estructurales del Proyecto Etileno XXI.
El entonces director de la paraestatal, Juan José Suárez Coppel, dijo que estaba en disposición de presentar al Consejo los contratos que le fueron indicados.
El abogado general, Marco Antonio de la Peña Sánchez, “aseguró que desde el punto de vista estrictamente legal, no existía una omisión en términos de la ley” (sic), porque el Estatuto Orgánico de Petróleos Mexicanos señala que el Consejo, a solicitud de su Presidente, puede definir aquellos proyectos que, por su trascendencia, deban de tratarse en el órgano de gobierno, dice el acta de la reunión.
Al cerrar este debate, Meade afirmó que los comentarios del doctor Moreira eran oportunos y que, en aras de la transparencia, “le parecía muy valioso definir, en lineamientos, cuándo sería de interés del Consejo revisar los contratos, a fin de evitar que se firme algún contrato donde el Consejo tenga dudas”.
Finalmente, José Antonio Meade propuso votar el acuerdo del Comité de Estrategia e Inversiones que contenía la propuesta de consultar al Consejo los contratos con afectaciones globales a la empresa, pero no se formalizó ningún proceso para atender las críticas a Etileno XXI.
La sesión pasó a otros temas y terminó a las 11 de la mañana con 10 minutos. Fue la sesión donde el Estado mexicano tuvo la oportunidad de frenar un desfalco con un diagnóstico que suma más de 50 argumentos y cuestionamientos en contra de la inversión.
Aquí puedes leer el acta que se levantó por la sesión del 29 de abril de 2011:
Acta 827 Consejo de Administración de Pemex by Aristegui Noticias on Scribd