CIUDAD DE MÉXICO (CNNExpansión). — El papa Francisco pidió este domingo a los mexicanos liderar iniciativas que conviertan a México en una nación de oportunidades, además habló sobre las tentaciones que destruyen al hombre, entre ellas la riqueza, la vanidad y el orgullo.
Durante su mensaje a los feligreses en Ecatepec, en el Estado de México, el pontífice pidió que México se convierta “en una tierra que no tenga que llorar a hombres y mujeres, a jóvenes y niños que terminan destruidos en las manos de los traficantes de la muerte”, y en donde no sea necesario migrar a otros países.
En su reflexión en la Misa por el primer domingo de Cuaresma que celebró en Ecatepec ante casi 400 mil almas, el Papa Francisco alertó sobre el peligro que tiene todo cristiano de caer en las mismas tentaciones con las que el demonio tentó a Jesús en el desierto.
En palabras improvisadas en la homilía, el Santo Padre explicó que en “el Evangelio Jesús no le contesta al demonio con ninguna palabra propia sino que le contesta con las palabra de Dios con las palabra de la escritura. Porque hermanos y hermanas metámoslo en la cabeza con el demonio no se dialoga, no se pueda dialogar porque nos va a ganar siempre, solamente la fuerza de la palabra de Dios lo puede derrotar”.
Después de un viaje de menos de 30 minutos del Campo Marte en la Ciudad de México y un recorrido de 9 kilómetros desde el Centro de Estudios Superiores de Ecatepec, el papa Francisco ofició una misa en un espacio abierto conocido como El Caracol, en el Estado de México.
Federico Lombardi, vocero del Vaticano, dijo en rueda de prensa este domingo que unas 300,000 personas acudieron a la misa que ofició Francisco en Ecatepec, y unas 700,000 personas estuvieron alrededor del lugar.
Esto marca el segundo día de actividades del líder de la Iglesia católica tras el encuentro el día anterior con el presidente de México, Enrique Peña Nieto, la clase política y los obispos, a quienes les dio un fuerte llamado a dejar las diferencias entre ellos.
El mismo sábado visitó el recinto mariano, donde pidió por las familias de personas “arrebatadas”.
La mañana de este domingo, como en el día anterior, el pontífice salió a saludar y bendecir a personas de grupos vulnerables que se congregaron en la Nunciatura Apostólica alrededor de las 09:27 horas. Después de una interacción de apenas unos minutos, el jerarca regresó a la residencia.
Durante su recorrido por la calles de la Ciudad de México el pontífice bajó del papamóvil para acercarse a un grupo de monjas reunidas afuera de la Universidad Simón Bolívar, a las que dio su bendición y quienes le obsequiaron un ramo de rosas blancas.
El papa conversó por unos instantes con ellas, momento que fue aprovechado por varios de los vecinos y asistentes para saludarlo.
En el Campo Marte en la CDMX abordó un helicóptero a las 10:21 horas locales y aterrizó en el Centro de Estudios Superiores de Ecatepec minutos más tarde.
El papa regresó a la Ciudad de México a las 16:24 horas en helicóptero, que aterrizó en el Campo Marte. El pontífice realizó un recorrido por avenidas como Paseo de la Reforma, en dirección al Hospital Infantil Federico Gómez, donde convivió con los niños y sus familiares.
Los niños le dieron dibujos al pontífice, e incluso uno de ellos le pidió un autógrafo. El líder de la Iglesia católica le regaló un rosario a cada menor que saludó y abrazó.
El papa dijo estar agradecido por estar conviviendo con los menores y las personas que los cuidan, al tiempo que pidió a los niños que aprendan a bendecir a quienes los atienden.
“Gracias a quienes que con la ‘cariñoterapia’ hacen que estos días tengan mayor alegría, esta ayuda en este tiempo de sufrimiento”, comentó el pontífice.
Francisco aseguró que el Evangelio enseña dos cosas fundamentales de la vida: agradecer y bendecir.
Uno de los momentos emotivos de la visita del papa al hospital infantil ocurrió cuando una menor le cantó el Ave María.
El líder de la Iglesia católica se trasladó a la Nunciatura Apostólica este domingo por la noche, y se bajó del automóvil que lo trasladó para convivir brevemente con las personas que lo esperaron afuera del lugar; tras bendecir y saludar a un grupo de asistentes, Francisco se fue a descansar.