Cancún, 15 de febrero.— Ante la urgencia de frenar el deterioro en la salud de los arrecifes, que irremediablemente impactará en la de los humanos, Melina Soto, coordinadora para México de Arrecifes Saludables para Gente Saludable, destacó la necesidad de mejorar las leyes y no crecer sin infraestructura adecuada, como la requerida para el tratamiento de aguas negras.
“En esto también tiene que ir de la mano un mayor involucramiento de la ciudadanía, porque cuando la gente se empodera y asume una causa, logra cosas importantes, como hemos visto con Tajamar y Xcacelito”, añadió.
La especialista destacó que los arrecifes, a pesar de estar en menos del 1 por ciento de la superficie del mar, albergan más del 25 por ciento de la vida marina.
El Sistema Arrecifal Mesoamericano (SAM) alberga gran biodiversidad y nos brinda muchos beneficios, como protección a la costa en caso de tormenta, arena para las playas, fuente de alimento para las comunidades costeras, indicó.
Además, apuntó que más de 2.5 millones de personas dependen directamente de la salud de este ecosistema y que el turismo es la principal actividad económica de la gente que vive en la costa.
“Si se pierde salud del arrecife, se pierden ese atractivo, las playas, infraestructura”, advirtió.
Soto presentó hace unos días pasados el Reporte 2020 del estado de salud del SAM, para el cual monitorearon más de 280 sitios de este ecosistema que abarca en línea recta más de mil kilómetros de costa en México, Belice, Guatemala y Honduras, y encontraron que la mayoría de los sitios están en un estado de salud malo y que apenas el 1 por ciento se encuentra en buenas condiciones, básicamente arrecifes en Cozumel y Belice.
Las principales amenazas para los arrecifes son el cambio climático, por el aumento del bióxido de carbono en la atmósfera debido a la quema de combustibles fósiles, y el inadecuado manejo de las aguas residuales, pues no tenemos suficientes plantas de tratamiento ni todas las descargas están conectadas al drenaje, apuntó.
Eso impacta porque tenemos un acuífero tipo cárstico, un suelo tipo gruyere, de modo que lo que se tira en la tierra se va directamente al arrecife, lo mismo que las aguas negras que contaminan todo.
Según dijo, al dar a conocer estos estudios se busca la formulación de recomendaciones para mejorar el manejo y las prácticas de manera general en toda la región y para eso sostienen reuniones con tomadores de decisiones.
En cuanto al “síndrome blanco”, precisó que ya afecta a la mitad de los arrecifes en México y ha tenido un impacto devastador.
“Afecta directamente a la cobertura de coral, que es lo que genera esta estructura del arrecife”, expresó.
“No se sabe exactamente qué lo causa, pero hay estudios avanzados y se han aislado cinco grupos de bacterias relacionadas con la enfermedad, las cuales provienen de aguas mal tratadas, de modo que todo está relacionado, concluyó.