Pide sacerdote a fieles estar muy atentos al itinerario cuaresmal en #Cancún

Cancún, 26 de febrero.— Para la iglesia católica hoy es un día de reflexión y oración, que va  acompañado por el bello signo de la ceniza, que nos recuerda la debilidad, la fragilidad humana, y se da inicio al itinerario de la Cuaresma, una oportunidad anual para prepararnos y disponernos en cuerpo, alma y espíritu para celebrar el misterio de la pasión, muerte y resurrección de Cristo, manifestó el P. Álvaro de Jesús Barrera Pinzón, canciller de la Diócesis Cancún-Chetumal.

“Creo que el tiempo que nos toca vivir, este momento debe ser de mucha importancia porque tendremos la oportunidad de revisar nuestra vida, sentir pena, dolor, tristeza y tal vez hasta vergüenza y dolor por nuestros pecados, nuestras fallas y errores”.

Asimismo, explicó que se tendrá la oportunidad de despertar en cada uno el deseo de cambio y renovación.

“Tal vez el fruto más grande sea el volver a acercarnos a la vida de oración, de reflexión de los sacramentos”.

El sacerdote sugirió a los fieles estar muy atentos del camino, el itinerario cuaresmal de acuerdo con sus posibilidades, tiempos y circunstancias y tener en cuenta que hoy comienza la Cuaresma.

Asimismo, destacó que la imposición de ceniza recoge muchas cosas y que en el Antiguo Testamento ya se hablaba de que en algún momento había quienes se bañaban en ceniza como un signo visible de que estaban en penitencia.

La Iglesia Católica desde el principio acogió y le dio gran importancia a todos los signos penintenciales de la religión judía y adoptó algunos, los hizo propios, subrayó. El signo de la ceniza es quizá la síntesis de toda la historia de la humanidad, simboliza la fragilidad, la debilidad, lo que somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos y nos hace pensar en que el polvo es a donde volveremos.

“Hoy que las incineraciones ya son comunes, cuando vemos de primera mano las cenizas de un ser querido eso nos causa tristeza dolor, pero también debería darnos la certeza de que nosotros lo seremos…esto nos debería hacer reflexionar que hacia allá vamos y de que en este camino tenemos que tratar de ser mejores, de perfeccionar, cambiar actitudes y moderar algunas cosas propias de nuestra realidad humana”

En cuanto a las prácticas cuaresmales como el ayuno y la penitencia, dijo que el primero obliga a los creyentes, como una norma, el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo y consiste en no hacer la primera comida y, si se hace, que se coma lo menos posible.

La abstinencia queda para todos los viernes en los que también se recomienda no comer carnes rojas. Eso no aplica para mujeres embarazadas, enfermos terminales, personas que llevan un proceso médico y a quienes no les es favorable una práctica cuaresmal.

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