Piden detener el saqueo de vestigios mayas en comunidades de Quintana Roo

Lázaro Cárdenas, Quintana Roo.- El desinterés del  Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) provoca el saqueo de los vestigios arqueológicos en las comunidades del Municipio de Lázaro Cárdenas ya que, para algunas personas, es una oportunidad para obtener algún dinero al comercializar estas reliquias mayas en el conocido mercado negro.

En este municipio existen comunidades que cuentan con potenciales zonas arqueológicas, sin embargo, no existe investigación formal por parte del INAH, ya que en algunas ocasiones llegan los antropólogos, solo para verificar las condiciones en las que se encuentran las bellezas naturales de la zona.

Por ejemplo, en la comunidad del Naranjal, es donde se cuenta con mayor cantidad de vestigios de ruinas arqueológicas, con un total de diez pirámides que datan del siglo 400 D.C., según investigadores de diferentes disciplinas, entre otros atractivos naturales. En este lugar, las piezas arqueológicas se encuentran labradas en piedras, hoy quedan únicamente dos que no logró llevarse el INAH, las que son cuidadas celosamente por los habitantes, ya que no cuentan con un museo comunitario para resguardarlas.

En la zona norte del municipio, de igual forma existen ruinas totalmente abandonadas, pero, a pesar de esto, aún se puede notar restos de pintura prehispánica que se resiste a desaparecer ubicados en medio de la selva, entre pilastrones de piedras que bien pueden rehabilitarse para el turismo que gusta del contacto con la historia.

Ubicados a solo 18 kilómetros de la cabecera municipal, en San Ángel, se puede notar la apatía y la falta de interés que tiene el INAH, ya que se han estado saqueando y, por consiguiente, se van deteriorando los vestigios arqueológicos.

Por si fuera poco, en la cabecera municipal de Lázaro Cárdenas, Kantunilkín, también se ha registrado saqueo de las ruinas conocidas como “El cerro Urich”, donde presuntamente se han robado piedras labradas para la edificación de vivienda, ante la complacencia del INAH, lo mismo que en los cerros ubicados en la zona agrícola de “Noj Cachi”.

En estos lugares, personas desconocidas han saqueado al menos diez cerros, y a pesar de que promotores culturales han pedido mayor vigilancia por parte de la dependencia, a la fecha no ha obtenido una respuesta favorable, permitiendo que se vayan deteriorando lo que un día fueron las pirámides mayas.

En ese contexto, el doctor en Historia, Carlos Morales Hernández, propone que el INAH tome cartas en el asunto, e inicie con un levantamiento topográfico de cada terreno; unidades de excavación en contexto de enterramientos, unidades habitacionales, áreas específicas de actividad, etc. Además, en caso de ubicar las formas originales arquitectónicas de las paredes, o de algún elemento arquitectónico no visible, evaluar su conservación, restauración y presentación al público en general. Registro inmediato de los materiales obtenidos, mediante fotografía, dibujo y muestreo. Tratamiento del material arqueológico, mediante lavado, marcado y clasificación de los materiales arqueológicos recuperados, según la industria a la que pertenecen. Elaboración de un muestrario cerámico y lítico.

Aunque el especialista reconoce que para todo esto se requiere recursos, se debe pensar en que es una inversión, pues por el desconocimiento de los locales, no se debe perder la evidencia de la gran cultura maya.

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