Cuando en abril de 2011 le comentó a su jefe, el actor Roberto Palazuelos Badeaux, que su hotel Diamante K, ubicado en Tulum, carecía de una planta de tratamiento de aguas negras, Alvina Amador Manrique nunca se imaginó que sería despedida y luego encarcelada 20 meses por pedir una indemnización justa.
Durante el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa el Diamante K y otros establecimientos hoteleros de Tulum fueron clausurados por diversas irregularidades, pero Palazuelos promovió amparos y denunció venganzas personales del entonces titular de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), Patricio Patrón Laviada.
Alvina Amador dijo a la agencia Proceso que recuperó su libertad en marzo pasado y hace poco decidió reactivar la demanda laboral que interpuso en 2011 contra el actor en su calidad de empresario turístico.
Explicó que en su momento, pidió una indemnización de $1.5 millones, pues trabajó para el Diamante K siete años de manera interrumpida, hasta que fue despedida por hacerle ver al actor que todos los desechos de su establecimiento iban a parar a las cavernas y ríos subterráneos, uno de los atractivos más importantes de la región.
“Me denunció penalmente por supuesta extorsión y permanecí encarcelada 20 meses de manera injusta”, señala Alvina Amador.
Dijo que acudió ante la Junta Especial de Conciliación y Arbitraje de Playa del Carmen, donde interpuso la queja laboral en 2011, y el presidente del organismo, Jaime Cruz Hernández, le informó que se había extraviado su expediente y a pesar de insistir, hasta ahora el documento no aparece.
Palazuelos ha dicho que quiere ser presidente municipal de Tulum y luego gobernador de Quintana Roo.