Pone Cabildo en riesgo el frágil equilibrio ambiental de Tulum autorizando cambios de uso de suelo

Tulum, 30 de enero.— De la misma forma como se hizo durante la administración anterior, el Cabildo que preside Víctor Mas Tah autoriza cambios de usos de suelo en beneficio de promotores de vivienda sin considerar la fragilidad ambiental de la zona.

En 2018, en las postrimerías de la anterior administración y luego de haberlo negado durante meses, el Cabildo  aprobaron en forma unánime el cambio de uso de suelo, de habitacional a turístico-hotelero, con incremento de densidad, a la empresa transnacional Tao Wellness Center, S. de R.L. de C.V.

En julio de 2019, el Cabildo, encabezado ahora por Víctor Mas Tah, autorizó el cambio de uso de suelo de 660 mil metros cuadrados que estaban catalogados de preservación ecológica, para la construcción de vivienda social, con cuatro niveles de altura y 90 viviendas por hectárea, como parte de un proyecto todavía más amplio, que también densificó otros lotes destinados para turismo de bajo impacto, preservación ecológica y habitacional.

En total, la actual administración de Tulum avaló densificar un millón 63 mil 597 metros cuadrados, en beneficio de la inmobiliaria Cadu, acuerdo publicado en el Periódico Oficial del Estado en días previos a la Navidad pasada.

El proyecto “Polígono de Aprovechamiento Estratégico de Actuación Urbanística de Carácter Privado”, fue presentado por Cadu ante la Dirección General de Desarrollo Urbano y Ecología, que encabeza el ex regidor solidarense Gustavo Maldonado. La dependencia municipal prácticamente copió la solicitud para hacer su documento justificativo del proyecto, con oficio DGDUYE/3010/19, que fue el avalado por el Cabildo de Tulum.

Se trata de cinco predios y polígonos, dos ubicados en el Ejido de Tulum, marcados como de preservación ecológica en el Programa de Ordenamiento Ecológico Territorial (POET) Cancún-Tulum; otro que es la parcela 92, de 300 mil metros cuadrados, y la parcela 119, de 360 mil metros cuadrados.

Con esta clasificación, se modificó de manera drástica la densidad, pues originalmente se permitía vivienda rural “que no altere la calidad ambiental y paisajística”, con un coeficiente de utilización de un 0.01% del predio y densidad de una vivienda por hectárea. Ahora está autorizada la construcción de hasta 90 viviendas por hectárea, con una altura máxima de 14 metros, o cuatro niveles.

Los otros tres predios incluyen otra parcela, la 001, Región 10 SMZA 005, Mza 001 Lote 13, que formaba parte de la reserva territorial del IPAE y abarca 328 mil 571 metros cuadrados, con tres clasificaciones: preservación ecológica, turístico-hotelero de baja densidad  (2.5 cuartos por hectárea) y habitacional “h3”, con un máximo de 37 viviendas por hectárea.

Además, hay dos predios, ambos con categoría h3, el Polígono III SMZA 000 Mza 001 Lote 001, con superficie de 53 mil 143 metros cuadrados, parte del fundo legal de Tulum, ubicado al sur de la calle X-Yalku, y la Región 11, Mza 12 Lote 001, con superficie de 24 mil 883 metros cuadrados; ambos con categoría “h3”.  Todos quedaron con clasificación “h4”, lo propuesto por Cadu para su proyecto inmobiliario.

Esos cambios de uso de suelo afectan amplia superficie sobre ríos subterráneos y con alta fragilidad ambiental, además de que se pone en riesgo patrimonio antropológico.

El Colegio de Ingenieros y Arquitectos de Tulum denunció ante el Congreso del Estado que los cambios en la densificación no cumplen los requerimientos técnicos y ambientales, además de que la modificación presenta graves inconsistencias, al grado que unas 800 hectáreas que incrementaron su densidad se encuentran sobre ríos subterráneos.

Por si fuera poco, no se cumplieron otras obligaciones, como el derecho de audiencia, consultas públicas, estudios de impacto ambiental, estudios técnicos, instalación de un consejo municipal para hacer esos cambios, ni se consideró el impacto social.

Según dieron a conocer diputados locales, el Programa de Desarrollo Urbano de 2006-2030 de Tulum estaba proyectado para 40 mil viviendas y con los cambios de uso de suelo podrían construirse más de 120 mil.

Un hecho exhibe el impacto ambiental de esas medidas: un fraccionamiento, denominado Playa Pamela, de 61 hectáreas, con densidad de 1 vivienda por hectárea, podrá construir 85 viviendas por hectárea, es decir, que de 61 pasó a 5 mil 185.

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