Como presidente de la Junta de Gobierno y de Coordinación Política del Congreso, Gustavo Miranda trastocó la institucionalidad del Poder Legislativo y en más de una ocasión le tuvieron que enmendar la plana.
Hoy, desde la misma posición, Renán Sánchez Tajonar, amigo y alumno de Gustavo Miranda, va por el mismo camino.
Actúa con el mismo protagonismo, prepotencia y autoritarismo que Gustavo.
Están cortados por la misma tijera. Ambos llegaron a su primer cargo de relevancia muy jóvenes, pero la juventud no es el pecado.
Su pecado es haber aprendido mal. Su visión de la política es deformada y eso los lleva a cometer tropelías que desde su punto de vista está bien.
En sus ansias por ser presidente municipal de Cozumel, donde carece de residencia y vecindad, aunque su acta de nacimiento se haya emitido allí, Sánchez Tajonar está violentando diversas disposiciones legales.
Es evidente que está haciendo uso de bienes públicos para su exposición mediática y por tanto podría ser objeto de alguna denuncia y sanción.
Ha tomado el protagonismo casi exclusivo de la XVII Legislatura, como si fuese el único legislador.
Aparece en primer plano en casi todas las fotos que salen del Congreso, en casi todos los comunicados tiene voz
De hecho, la Ley Orgánica del Poder Legislativo prohíbe hacer uso de recursos humanos, financieros y materiales del Congreso para fines proselitistas y él está abiertamente en proselitismo.
Además, el artículo 134 de la Constitución prohíbe “la propaganda bajo cualquier modalidad de comunicación social, que difundan como tales los poderes públicos, los órganos autónomos”.
Pero no es la primera vez que Sánchez Tajonar violenta la ley.
Hasta octubre de 2021, cuando asumió la secretaría general del ayuntamiento de Cozumel, pese al disgusto y oposición de la alcaldesa Juanita Alonso, era síndico municipal suplente en Benito Juárez.
Y para ser incluido en la planilla con la que Mara Lezama buscó la reelección a la presidencia municipal tuvo que demostrar fehacientemente con documentos que es vecino y residente de Cancún.
De modo, que aunque nadie lo impugnó, su registro como candidato a diputado en Cozumel fue irregular y las autoridades electorales fueron omisas e irresponsables al no tomar en cuenta que apenas un año antes el legislador del Verde había competido electoralmente en otro municipio.
Lo curioso, es que esas autoridades electorales fueron las mismas que, actuando con legalidad, impidieron que José Luis “Chanito” Toledo fuese candidato a presidente municipal de Benito Juárez en 2018, con el argumento de que era “notorio y evidente” de que es vecino de Playa del Carmen y había participado electoralmente en Solidaridad.
Por alguna razón ese criterio se les olvidó en el caso de Sánchez Tajonar.
¿Quién será el valiente o la valiente que le pondrá cara a Renán Sánchez en Cozumel?
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