El objeto espacial Arrokoth, descubierto a inicios del año pasado en el cinturón de Kuiper por la sonda New Horizons, puede arrojar luz sobre las primeras etapas de la formación del Sistema Solar, según se desprende de tres artículos sobre su geología, origen y composición publicados este jueves en la revista Science.
En particular, los datos recolectados por el aparato permitieron elaborar un modelo tridimensional de ese planetesimal —como se denomina a los ‘embriones’ de protoplanetas— y descubrir que el objeto, que tiene una forma parecida a un cacahuete, se creó de acuerdo con lo que expone la teoría de colapso nebular.
La NASA presenta una animación 3D del objeto espacial más lejano jamás estudiado, que podría ser una "cápsula de tiempo" del Sistema Solar https://t.co/cuKaJnioq0 pic.twitter.com/SePMgKnk2o
— RT en Español (@ActualidadRT) February 14, 2020
Según esta teoría, los grandes cuerpos espaciales se forman como resultado de la atracción gravitacional de grandes nebulosas de polvo. La hipótesis contraria, la de la acreción jerárquica, supone que estos objetos nacen de colisiones aleatorias de partículas, que se golpean con suficiente fuerza como para fusionarse las unas con las otras.
“Las imágenes no muestran signos de violencia ni fracturas, los dos lóbulos no se ven como si hubieran impactado uno con otro”, explicó este jueves el astrónomo William McKinnon, coautor de los tres estudios, en una reunión de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia (AAAS, por sus siglas en inglés), recoge The Guardian. Resaltó que la composición muy similar de las dos partes de Arrokoth sugiere que estas se formaron juntas y orbitaron la una alrededor de la otra durante un tiempo antes de unirse suavemente.
“Cápsula del tiempo”
El significado de Arrokoth para el estudio de las etapas tempranas del Sistema Solar no se limita a la confirmación de la teoría del colapso nebular. Su suave superficie revela que casi no ha sido impactada por asteroides de origen lejano, mientras que su enorme distancia con el Sol —la órbita de Arrokoth con nuestra estrella es más de 40 veces más lejana que la de la Tierra—, garantiza una perfecta conservación de su materia.
“Ese lugar está muy lejos del Sol, tan lejos que las temperaturas están casi en cero absoluto. Eso preserva los objetos en una especie de estasis o cápsula del tiempo”, explica el investigador principal del proyecto New Horizons, Alan Stern.
“Arrokoth resultó ser sorprendente en términos de lo que hemos aprendido de él. Nos dice algunas verdades profundas sobre nuestro Sistema Solar. (…) Es un mundo excepcional que nos ha contado una historia extraordinaria”, señaló McKinnon.
Conocido previamente como Ultima Thule y rebautizado para evitar asociaciones con la Sociedad Thule −organización patrocinada por Adolf Hitler−, Arrokoth es el objeto más lejano jamás estudiado.