El Ejército surcoreano ordenó hoy a sus soldados posicionarse en estado de alerta ante posibles “provocaciones” de Corea del Norte tras aprobarse la destitución de la presidenta surcoreana, Park Geun-hye, por su rol en un escándalo de corrupción.
El Ministerio de Defensa y el Estado Mayor Conjunto (JCS) pidió a todos los militares en activo que eleven su nivel de alerta y vigilancia con respecto a las actividades del Ejército de Corea del Norte, según confirmó un portavoz del citado ministerio.
El pasado lunes, Pyongyang lanzó cuatro misiles de medio alcance al Mar del Este (Mar de Japón) en respuesta a las maniobras anuales conjuntas que estos días realizan en territorio surcoreano Seúl y Washington.
Los medios del hermético régimen de Kim Jong-un, que siguieron muy de cerca el escándalo de corrupción que ha sacudido al país vecino, informaron hoy de la destitución de la presidenta con un breve comunicado.
El presidente en funciones de Corea del Sur, Hwang Kyo-ahn, también pidió a las tropas disposición completa para hacer frente a posibles provocaciones del Norte ante la situación en el país.
“La opinión pública ha estado dividida por el juicio sobre la destitución y los conflictos sociales han aumentado”, momento en el que Pyongyang “ha tratado de maximizar nuestra división interna y debilitar nuestra seguridad”, dijo Hwang durante una reunión del Consejo de Seguridad Nacional.
“El Norte podría agravar aún más la división (…) y empeorar la confusión con la preparación de provocaciones militares”, expuso el político en declaraciones recogidas por la agencia local Yonhap.
La península coreana vive un momento de especial tensión marcado también por el reciente asesinato del hermano del líder norcoreano en Kuala Lumpur, del que Seúl acusa a Pyongyang, que niega su participación y a su vez denuncia una confabulación en su contra orquestada por Malasia y Corea del Sur.
A este panorama de incertidumbre se sumó la crisis política en el Sur abierta desde el otoño pasado por el caso de corrupción de la “Rasputina”, que hoy le costó el puesto a la presidenta Park Geun-hye.
A primera hora, los ocho magistrados del Tribunal Constitucional ratificaron por unanimidad la destitución de Park aprobada por el parlamento en diciembre debido a su relación con el caso.
Con la destitución, Park, a la que la Fiscalía consideró sospechosa en la trama, queda despojada de su inmunidad y Corea del Sur está obligada a celebrar elecciones presidenciales en un plazo inferior a 60 días.
Las encuestas apuntan como claro favorito para imponerse en estos comicios, que se prevén para el 9 de mayo, al candidato liberal Moon Jae-in.
La mayoría de analistas consideró que la victoria de Moon ayudaría a mejorar las relaciones de Seúl con Pyongyang, que viven sus peores momentos en mucho tiempo después de casi una década de Gobiernos conservadores en el Sur.