Los presidentes municipales electos de Benito Juárez y de Puerto Morelos están siendo objeto de muchas presiones para incluir en sus respectivos equipos de colaboradores a políticos sumamente cuestionados, de dudosa y de realmente mala reputación. A Remberto Estrada le quieren incluir en su equipo sujetos que le garantizan un severo rechazo comunitario. Funcionarios y ex funcionarios tanto estatales y municipales pretenden colarse en cargos claves: finanzas, desarrollo urbano, obras públicas, oficialía mayor, planeación y fiscalización.
Pero tanto Remberto como Laura Fernández tienen claro su objetivo: dar resultados. Y para lograrlo se han propuesto seleccionar a los mejores de cada municipio. Remberto no le debe nada a nadie. Su victoria se la debe a su trabajo y a su equipo de colaboradores que con visión estratégica construyeron el camino para alcanzar la presidencia municipal.
Y Laura es una política que sabe que su triunfo lo alcanzó a pesar del escaso o nulo apoyo de su partido. Ella trazó la ruta de la victoria, con un selecto grupo de colaboradores que creyeron y creen en su proyecto. Nadie le puede cobrar facturas a Laura. Los que piensan que Puerto Morelos será una caja chica se deben llevar un rotundo fracaso.
Tanto Remberto como Laura tienen un camino que no se agota en las presidencias municipales que ganaron de manera inobjetable. No son, no deben ser, la continuidad política de nadie. Laura ya había sido sacrificada en otras ocasiones. Esta vez no se confíó y afianzó su proyecto político con el tesón y la voluntad que la caracteriza.
La paciencia, aunado al talento, es un árbol de frutos espléndidos. Laura Fernández con paciencia esperó la ratificación de su victoria obtenida en las urnas el 5 de junio pasado. Laura esperó con serenidad el fallo a una impugnación fundada más en las emociones que en razones legales. Ella no cayó en la desesperación y esperó a que el Tribunal Electoral de Quintana Roo emitiera su fallo, lo que ayer ocurrió.
LA PRUDENCIA DE LAURA
Laura no se impacientó ni se apresuró a presentar equipos de transición como hicieron otros candidatos también impugnados. Actúo con prudencia y respetó el tiempo que necesitó el Tribunal para dar su veredicto. Ahora, Laura pasa a otra etapa. Ahora sí va a poner manos a la obra para darle los toques finales a un proyecto incluyente y con visión de futuro. Con la prudencia que le caracteriza habrá de dar los pasos siguientes.
SEMANAS DECISIVAS
Pueden existir sorpresas antes de septiembre.
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