Cancún.- El área de El Azul, ubicada dentro de la Reserva de la Biósfera del Tiburón Ballena, en el mar Caribe Mexicano, entre islas Mujeres e Isla Contoy, es uno de los principales puntos del planeta, si no el más importante, donde se concentra cada año el también llamado “pez más grande del mundo”.
Al mismo tiempo, Holbox posee una de dos playas regionales para la conservación de la tortuga, entre las 14 más importantes del mundo.
En el marco de la presentación de avances en proyectos de conservación ambiental para la Península de Yucatán, la directora regional de Pronatura, María Andrade Hernández detalló que en promedio 9.5 de cada decena del también conocido como “pez dominó” llegan cada año a la zona, una de las más importantes a nivel mundial por su afluencia.
“En el caso del tiburón ballena (Rhincodon typus) buscamos promover un uso sustentable en el Caribe mexicano, que es una zona de las más importantes a nivel mundial, debido al número de individuos (animales) que ha registrado.
“El objetivo es conocer los cambios y espacios temporales en cuanto a la distribución de la especie en la región”, agregó.
“Los números registrados durante 2019, luego de cinco recorridos aéreos por sendas porciones en las reservas de la biosfera del Caribe Mexicano y de la del Tiburón Ballena arrojan mil 250 kilómetros, durante más de 11 horas de vuelo, en los que fueron hallados 429 individuos, de los que 97 por ciento (416) fueron observados en la zona de El Azul.”
El sitio conocido como El Azul está al noroeste de Isla Mujeres, aproximadamente a 20 kilómetros y alrededor de 40 al este de la de Contoy.
Es un polígono de 400 metros cuadrados (20×20) propuesto por Pronatura, conocido así por los prestadores de servicios que trabajan en el sitio y que debe su nombre a las tonalidades de sus aguas.
La investigadora destacó que lo que se ha visto en los 10 últimos años es que la zona de El Azul ha sido la que más tiburones congrega en el mundo en la última década, lo que era diferente antes de 2009.
El número de tiburones ballena registrado en 2019 es el mayor en los últimos cuatro años.
“Esa información es fundamental, primero, para orientar la toma de decisiones que permitan fomentar actividades turísticas responsables, proteger a una especie que es el pez más grande del mundo y tanto éste, como las tortugas marinas son un tesoro natural y cuidarlos es responsabilidad de todos los que de alguna u otra manera convivimos con ellos”, dijo.
La Maestra en Ciencias María Andrade puntualizó que, en cuanto a los quelonios, dos de las playas para el rescate de la tortuga marina donde trabaja Pronatura (el grupo de conservación ambiental mexicano más grande), están incluidas entre las 14 más importantes del mundo; una está en Holbox y la otra en Celestún.
“El arribo y nacimiento de ejemplares de tortuga marina ha crecido de manera importante en los últimos cinco años en los cuatro campamentos tortugueros que opera Pronatura en Holbox, Celestún, El Cuyo y Las Coloradas, lo que ha redundado en el nacimiento de varios cientos de miles de crías, principalmente de tortuga blanca y carey, especies que llegan con mayor frecuencia”, agregó.
El objetivo es el monitoreo biológico en 55 kilómetros de playa en dos campamentos, uno en Yucatán con 31 kilómetros y el otro en la isla quintanarroense con 24, donde el año pasado hubo mil 823 anidadas (conjunto de los huevos puestos en un nido), de las que 57.3 por ciento fueron de tortuga carey y 42.7 de blanca.
“Ambas playas tuvieron un incremento significativo respecto al año anterior, y confirman que son referente a nivel internacional, y en la medida que esas poblaciones se mantengan saludables y en sus hábitats, son seguidas en el mundo, lo que infiere que ambas áreas se recuperan; sin embargo, las tortugas marinas aún siguen en peligro de extinción”, advirtió.
María Andrade señaló que el tema de la basura, la erosión costera y en menor escala la pesca incidental siguen como factores que ponen en riesgo a ese tipo de quelonios:
“Los tres problemas que enfrentamos son la pérdida de hábitat por turismo mal planificado, basura en la playa y deforestación. En el mar es la contaminación y la pesca incidental”, externó.
En México hay siete especies de tortuga marina, de las que cuatro llegan a la Península de Yucatán: carey, blanca, caguama y laúd.