Es por lo menos incierta la postura del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional sobre el caso del ex gobernador de Quintana Roo Roberto Borge Angulo, por más que el líder nacional Enrique Ochoa Reza lo haya señalado con dedo flamígero por corrupto y ladrón. Luego de la pálida y blandengue denuncia del gobierno de Carlos Joaquín González a cargo del secretario de la Gestión Pública Rafael del Pozo Dergal sobre el malbaratamiento de valiosos terrenos propiedad del estado en beneficio de familiares y amigos –algunos con sospecha de ser prestanombres de aquel mandatario–, mucho menos completa que la ya no tan nueva a cargo de la organización Somos tus Ojos presidida por Fabiola Cortés Miranda –quien por cierto al parecer se queja de plagio en la tan esperada cuan decepcionante querella del gobierno del estado, que no aportó nada nuevo– el PRI ha guardado silencio.
Mas sea como fuere, se trata de la primera denuncia concreta de un gobierno que se ha llenado la boca de amenazas contra Borge, de promesas de encarcelarlo y de ofrecimientos de reintegrar el patrimonio escamoteado no sólo por el anterior gobernador, sino presuntamente también por su antecesor Félix González Canto, en tiempos del “rey Midas” Francisco Garibay Osorio al frente del IPAE.
No se trata de minucias, claro está, por más que ni se acerque ésta a las denuncias mediáticas por las corruptelas de Borge, pero alguien diría que por algo se empieza.
El que parece sin embargo no sólo no empezar, sino hasta ignorar el tema es el PRI, que por lo visto aprovechó el tema como distractor a favor del presidente Enrique Peña Nieto, siendo el estridente desgarre de vestiduras de Ochoa pura simulación.
A finales de octubre el líder del Tricolor aseveró que el instituto político emitiría sendas resoluciones sobre los casos de Borge y del ex gobernador de Chihuahua César Duarte Jáquez antes de fin de año. Glosamos de La Jornada la nota que apareció en todos los medios, pues Ochoa no tuvo sonrojos al sentenciar que los corruptos deben acabar en la cárcel, en una expresión que denotaba certeza sobre los ilícitos.
“‘La comisión continúa analizando puntualmente esos casos’ con la inmediatez necesaria, afirmó. Indicó que ‘se tiene que actuar sin burocratismos, de manera inmediata y lo más pronto posible’.
“En entrevista en la sede nacional del partido, rechazó que la expulsión de las filas del partido del gobernador con licencia de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, sea una cortina de humo, como han señalado desde otros institutos políticos, como el PRD.
“‘La comisión ha expulsado a Javier Duarte y exigimos a las autoridades federales que continúen las investigaciones correspondientes y que se cumplan las órdenes de aprehensión. Los corruptos deben de terminar en la cárcel’, afirmó”.
Empero el enjundioso justiciero Ochoa hizo mutis tras la denuncia de Carlos Joaquín que, plagiada o no, franquea una clara puerta para fincarle responsabilidades a Borge Angulo, lo que pudiera ser al propio tiempo una oportunidad y una gran responsabilidad para la fiscalía local, también por probables delitos del fuero común, que se persiguen en el ámbito estatal.
Un conspicuo reportero y corresponsal de la revista política más importante del país, que por cierto fue víctima de los abusos de Borge contra la prensa que se le opuso, ha insistido en redes sociales en un tema que es crucial para el gobierno en funciones: si Borge no termina en la cárcel Carlos Joaquín le habrá quedado mal a la sociedad, que sin desdoro de los méritos del candidato de la coalición PAN-PRD ganó la elección gracias a la promesa de cumplir esa demanda popular que su equipo ha enarbolado hasta el paroxismo.
Para mucha reflexión: si el PRI se queda en la “declaracionitis” y en verdad no tiene intenciones de volverse contra el ex gobernador, es muy probable que la fiscalía federal Raúl Cervantes Andrade también se haga como que la virgen le habla, así que todo el asunto queda en la cancha del mandatario del “cambio”. Él es quien lo prometió: ahora está obligado a cumplir.
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