Puerto Morelos, su activa sociedad, es como un joven que llega a la mayoría de edad que quiere irse a vivir a su propio departamento, sin la experiencia para autogobernarse del todo, sin los cimientos fuertes, sin la formación sólida que necesita para enfrentar un mundo de adversidades lleno de malicia, de intereses malévolos que pueden sacarlo del rumbo del éxito en el que se le quiso encarrillar desde su nacimiento.
La comunidad porteña, junto con Leona Vicario, alcanzó apenas en enero pasado la mayoría de legal con el decreto que la convirtió en el undécimo municipio del estado. Aún cuando ese hecho reconoce la capacidad de autogobierno de esa demarcación que antes formó parte de la delegación de gobierno de Isla Mujeres y luego de la comuna de Benito Juárez, a pesar de la existencia de una comunidad científica e intelectual actuante, en realidad, como el joven que no tiene aún las herramientas para planear su vida y pagarse su propio departamento, Puerto Morelos necesita de gente curtida en el quehacer público para sentar las bases de un mejor futuro.
Aunque con el tiempo se dará cuenta que fue lo mejor, como todo joven es normal que Puerto Morelos haga reparos por depender todavía, en muchos casos de un tutor, que vea con incomodidad al padrino. Se entiende que cierto sector de la comunidad se haya enojado porque en los puestos importantes del nuevo consejo municipal hayan nombrado a funcionarios que, si bien no vivían allí, no han sido ajenos a la historia de la comunidad y que, incluso, desde sus trincheras han participado en los esfuerzos por poner en el camino del progreso a la comunidad.
Sin embargo, hay quienes no lo entienden así y pretenden sacar raja política, obtener un botín electoral sin darse cuenta que con su actitud polarizan, dividen a una comunidad acostumbrada a vivir en paz y en trabajo.
En el arranque de su campaña proselitista, que inició una semana después por problemas legales en su pasado como delegado municipal, Manuel García Salas, candidato de la alianza PAN-PRD a la presidencia municipal, enfatizó que los “fuereños nada tienen que hacer aquí”, es decir, pretende borrar a más del 80% de la población que no es originaria de Puerto Morelos, pues la lista nominal del Instituto Nacional Electoral señala que ese porcentaje de los casi 12,000 electores del nuevo municipio proviene de diversas partes del estado y del país.
De hecho, los electores nacidos en Quintana Roo que viven en el municipio de Puerto Morelos apenas representa el 30% del padrón de ese municipio, de modo que al pretender atacar con razones de origen a sus adversarios discriminan también a la gran mayoría de la población.
Laura Fernández Piña, candidata del PRI, Verde y Nueva Alianza no es advenediza alguna, tampoco es ajena al desarrollo de Puerto Morelos. Es una mujer joven, pero su larga experiencia en el servicio público, que ha desarrollado con luz propia, sin escándalos, pulcritud y sin problemas legales, son elementos que los porteños y leoneses pueden aprovechar.
Laura es la mejor madrina que Puerto Morelos puede tener. Por lo menos desde 1999 está vinculada a la comunidad. Siendo directora de Turismo en Benito Juárez, diseñó y promovió el proyecto de la ruta de los Cenotes que hoy es uno de los principales productos turísticos del nuevo municipio, sustento de numerosas familias.
Participó activamente primero en la creación de la alcaldía y luego en la constitución del nuevo municipio, de modo que no es ajena a la comunidad y legalmente no tiene ningún impedimento para ser la presidenta municipal, arropada por un Cabildo plural, integrada también por gente conocida y reconocida por la comunidad.
La visión global, la experiencia acumulada en puestos públicos de primer nivel y su conocimiento del entorno internacional, permitirá a Laura diseñar planes y proyectos que vayan más allá de la carretera que divide al casco viejo de la colonia Cetina Gazca, hasta donde llega la visión de quienes sin bases pretenden restarle méritos.
Puerto Morelos, Central Vallarta y Leona Vicario están entre el “apartheid” caribeño de Manuel García Salas y la propuesta de desarrollo sustentable y en unidad de Laura.
Mauricio Góngora
La austeridad es una de las principales banderas de Mauricio Góngora Escalante, candidato del PRI, Verde y Nueva Alianza al gobierno del estado. Austero él, en su vestimenta, congruente entre lo que dice y hace, así se refleja en su campaña, en la que prácticamente sólo aprovecha los espacios que el Estado Mexicano, vía el INE, da a los partidos políticos para promocionar a sus abanderados en los medios de comunicación electrónicos.
Y es que Góngora Escalante sabe que lo que cuesta conseguir debe cuidarse. Desde muy temprana edad el candidato a Gobernador tuvo que trabajar para ayudar a sus padres en un pequeño negocio familiar. Nada le regalaron, todo lo consiguió a base de su propio esfuerzo.
Hoy, esa formación le permite tener para Quintana Roo una propuesta segura, que da certidumbre sobre el futuro del estado, que todo estará en orden y no habrá despilfarro, ni excesos de ningún tipo..
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