La hipertensión se considera una enfermedad silenciosa. Según el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido, este padecimiento no tiene síntomas notables, no obstante, se presenta más en personas con sobrepeso, con antecedentes de presión arterial alta, que consumen mucha sal o alcohol, fuman o son mayores de 65 años.
De acuerdo con un artículo publicado en Gaceta UNAM, uno de cada cuatro mexicanos padecen hipertensión arterial. Además, se estima que el 40 por ciento de los hipertensos desconocen su condición, lo cual aumenta el riesgo de muerte por factores cardiovasculares.
Una vez que esta enfermedad se diagnostica, es común que se limite el consumo de ciertos alimentos y bebidas como el café. A continuación te explicamos cuáles son los efectos que tiene en las personas hipertensas y si realmente es recomendable dejar de tomarlo.
Según una investigación publicada en Harvard Health Publishing, el café eleva la presión sanguínea en personas que no están acostumbradas a su consumo, pero no produce alteraciones significativas en quienes lo toman de manera habitual.
Los encargados del estudio observaron que los efectos hipertensivos del café dependen de otros ingredientes aparte de la cafeína. Los bebedores recurrentes de café se acostumbran a estos componentes, por lo que su presión arterial solo incrementa uno o dos milímetros de mercurio (mmHg).
También se ha demostrado que los efectos del café sobre la presión arterial son temporales. Una revisión de estudios publicada en Expert Review of Cardiovascular Therapy demostró que tomar dos tazas de café incrementa la presión arterial durante las siguientes tres horas después de beberla.
Los resultados fueron similares entre las personas con una presión sanguínea normal y aquellas que sufren hipertensión. Al igual que la investigación antes mencionada, el café no tuvo el mismo impacto en los bebedores habituales, quienes ya desarrollaron una tolerancia a la cafeína.
El artículo determina que, a largo plazo, el consumo moderado de café es seguro para las personas hipertensas, debido a su alto contenido en antioxidantes. No obstante, esta bebida puede causar ansiedad o insomnio, los cuales también son factores ligados a la presión arterial alta. Por ello, la Clínica Mayo de los Estados Unidos sugiere un límite de dos tazas al día.
Por estas razones, se concluye que el consumo moderado de café no tiene grandes repercusiones en sus bebedores habituales, mientras que podría provocar alteraciones en quienes no lo toman de manera regular. Es decir, si tienes hipertensión y no bebes café, lo mejor será que continúes así y no comiences a tomarlo ahora.
Sin embargo, esto estará sujeto a la situación personal de cada paciente y las recomendaciones médicas para su caso específico. Si sufres de hipertensión u otros padecimientos cardiovasculares, es importante que consultes a tu médico para saber si esta bebida es óptima dentro de tu dieta y en qué cantidades puedes consumirla. Si tomas café, considera que el contenido de cafeína varía en cada marca y modo de preparación.
Por su parte, la Clínica Mayo recomienda evitar la cafeína antes de realizar actividades que aumenten la presión arterial de forma natural, como el ejercicio o trabajos físicos intensos.