Cancún.- El estado de salud del #SistemaArrecifalMesoamericano, que desde hacer varios años enfrenta un proceso de franco deterioro, confirma que Quintana Roo ya está en emergencia ambiental debido al mal manejo de aguas residuales, un tema que debe ser tratado incluso como asunto de seguridad nacional, aseveró Alejandro López Tamayo, coordinador de Investigación de #CentinelasDelAgua.
En el marco de la presentación del Reporte del Arrecife Mesoamericano, Evaluación de la salud del ecosistema, López Tamayo, hizo un llamado a la sociedad a impulsar la transparencia en el buen manejo de las aguas residuales,
En entrevista, señaló que la falta de atención de los organismos públicos del gobierno federal como es la Comisión Nacional del Agua (Conagua), pone además, en riesgo el cumplimiento de los 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS, por sus siglas), iniciativa impulsada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para dar continuidad a la agenda de desarrollo del milenio por medio del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Al conocer los datos de las condiciones que guarda la barrera arrecifal, consideró que una de las consecuencias es la falta de tratamiento del agua arrecifal, aunado a que se tienen por lo menos 700 millones de metros cúbicos (m3) de descarga y no se sabe bien a bien cuál es su calidad.
Admitió que también hay cosas que se están haciendo bien y una de ellas es la Ley de Infraestructura Hidráulica, que reconoce legalmente los sistemas cársticos y cenotes, lo que da pie a poder proteger al sistema arrecifal por medio del tratamiento para mejorar la calidad de las aguas residuales.
De acuerdo con los datos que se proporcionaron durante la presentación del informe, la salud del arrecife de coral mesoamericano se deterioró en los últimos años a causa de la disminución de peces, y está siendo amenazada por una letal enfermedad: el síndrome blanco.
El informe 2020 de la Iniciativa Arrecifes Saludables para Gente Saludable (HRI, por sus siglas en inglés), se presentó esta mañana en el planetario Ka´Yoc de Cancún.
Se trata de un estudio que incluyó el monitoreo de 286 sitios a lo largo de los mil kilómetros del Sistema Arrecifal Mesoamericano (SAM) en las costas del Caribe de México, Belice, Guatemala y Honduras para determinar la cobertura de coral vivo, macroalgas y peces claves para la supervivencia de los arrecifes coralinos.