La contienda por la gubernatura de Quintana Roo luce como una pugna de dos: el priista Mauricio Góngora, que cuenta con el 47% de la intención de voto, y el abanderado del PAN, Carlos Joaquín, que atrae al 38 por ciento.
En tercer lugar y con menor apoyo aparece José Luis Pech, de Morena, quien cuenta con 11%, mientras que otros candidatos suman 4 por ciento.
Así lo indica la encuesta de El Financiero realizada en la entidad, entre el 9 y 12 de abril, a 1,020 entrevistados que cuentan con credencial para votar vigente. Los resultados tienen un margen de error de +/-3.1 por ciento.
Según el estudio, a Góngora Escalante lo conoce el 72% de los electores, mientras que Carlos Joaquín es conocido por el 59 por ciento.
Ambos cuentan con una imagen positiva entre el electorado quintanarroense. El sondeo indica que Góngora cuenta con 37% de opinión favorable y 17% de desfavorable, con un saldo neto positivo de 20 puntos. Por su parte, Joaquín tiene 33% de opinión favorable y 10% desfavorable, con un saldo neto de 23 puntos a su favor.
En escenario de votantes probables no se observa mucha variación en los resultados, ya que Góngora obtiene 48%, mientras que Joaquín mantiene el 38 por ciento.
Por otro lado, en un escenario en el que solamente ellos dos fueran los candidatos, la encuesta arroja 39% para Góngora, y 36% para Joaquín, con 25% que no declaró preferencia por ninguno.
A pesar de lo cerrado de ese escenario, la creencia mayoritaria es que el ganador sería el abanderado de la alianza del PRI, según el 53% de los encuestados. A Joaquín lo ve como ganador un 18 por ciento.
De acuerdo con el estudio, el PAN y el PRI empatan en opiniones favorables, con 44 y 42%, respectivamente. Sin embargo, el PRI tiene una mayor proporción de negativos, con 40%, frente a 26% de Acción Nacional.
El sondeo también indica que el gobernador Borge cuenta con una aprobación de 51% a su trabajo, y una desaprobación de 45 por ciento.
La principal problemática que ven los encuestados en el estado es la inseguridad pública (48%), aunque los electores opinan que el próximo gobernador debe ocuparse primero del empleo (32%), de la educación (17%) y de la pobreza (16%), por encima de la seguridad (14%) o de la corrupción (14%).