Este martes el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) tuvo una reunión bilateral con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden en la Casa Blanca.
Durante esta, presentó cinco medidas de cooperación para hacer frente a la inflación y al fenómeno migratorio, así como para impulsar el desarrollo de ambas naciones.
Pero la reunión ha sido criticada por numerosas personalidades de la política mexicana, así como por periodistas y analistas, quienes han señalado la reunión como un total fracaso debido a la imagen del presidente mexicano, así como por sus propuestas.
Tal parecer fue compartido por el periodista Raymundo Riva Palacio, quien en su más reciente columna para Ejecentral señaló que la visita “fue terrible de principio a fin”.
Para iniciar, indicó que el mandatario mexicano fue recibido con un trato de segunda en lugar de ser tratado como el principal socio comercial del país norteamericano.
Esto, ya que, señaló, lo abordado en la reunión no fueron acuerdos nuevos, sino proyectos pasados; en segundo lugar, indicó que el hecho de que la reunión se llevara a cabo en la Oficina Oval “es una reducción de la calidad de la visita”, e incluso que después de la reunión, Biden tuviera que partir a un viaje a Israel y Arabia, demostró la poca importancia que le dio a AMLO.
Además de que le echó en cara lo de la Cumbre de las Américas, pues hay que recordar que AMLO no asistió ante la negativa a su exigencia de que fueran invitados los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua, acción que fue calificada como un boicot por parte del mexicano.
Por esto, mencionó que “López Obrador no leyó, ni antes ni después, los símbolos de esta visita, cayendo en una especie de trampa” en la que también tuvieron responsabilidad el canciller Marcelo Ebrard y Esteban Moctezuma, embajador en Washington.
Ellos estuvieron a cargo de los preparativos, los cuales el periodista consideró como un mal trabajo, ya que a su parecer no se esclareció si se trataba de una visita oficial, de trabajo “o de qué tipo fue”.
Y aunque señaló que la reunión más significativa fue con la vicepresidenta Kamala Harris, “que lo invitó junto con su pequeña comitiva a un desayuno de trabajo en su casa”, no fue trascendental pues no se informó nada distinto de lo habitual.
Mientras que con Biden le fue peor en cuanto a que durante su discurso, de cerca de media hora, el mandatario estadounidense “parecía sonreír y contener los bostezos”.
Además, lo corrigió sobre el perfil político de Estados Unidos, sobre un acuerdo de visas agrícolas y su aseveración de que China era el mercado del mundo.
También destacó el hecho de que no presentó un plan en contra de la inflación y, en cambio, hablara de “una monumental ocurrencia” al proponer duplicar los inventarios de gasolina en la frontera de México con Estados Unidos para que estadounidenses pudieran comprar gasolina en México.
De igual forma, su propuesta que emulaba al Programa de Braceros a mediados del siglo XX y la cancelación de aranceles a alimentos fueron ignorados y la refutación de Biden a su plan de inversiones pública y privada para producir bienes sólo mantuvo ese fracaso, lo cual evidenció las diferencias entre los mandatarios.
Ante este panorama, Riva Palacio argumentó que “para lo que logró el Presidente en Washington, era mejor que no hubiera ido”.