El anuncio del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos despertó el miércoles reacciones encontradas en Miami, desde la condena absoluta hasta un pedido para que el exilio cubano participe en las negociaciones.
Poco después de transmitirse el mensaje del presidente estadounidense Barack Obama, la congresista Ileana Ros-Lehtinen calificó la medida de “ilegal e inmoral”.
“Esto es una burla, un ataque a la dignidad del exilio cubano que tanto ha sangrado por la libertad del pueblo cubano”, criticó Ros-Lehtinen durante una conferencia de prensa organizada en Coral Gables junto con familiares de víctimas de Hermanos al Rescate.
Como parte de las negociaciones entre Washington y La Habana, el acuerdo incluyó el canje del subcontratista estadounidense de origen judío Alan Gross —preso cinco años en la isla—, a cambio de tres espías cubanos integrantes de la “Red Avispa”.
El 24 de febrero de 1996 cuatro pilotos de Hermanos al Rescate murieron luego de que dos avionetas dedicadas al rescate de balseros cubanos fueran impactadas por misiles disparados por cazas MIG de la milicia cubana en espacio aéreo internacional. En ese ataque fue implicada esa red de espionaje.
“Estoy contenta con que Alan Gross esté con su familia [ahora en Estados Unidos] para celebrar Hanukkah. ¡Qué bueno! Pero, ¿por qué estaba en la cárcel? Por ayudar al pueblo cubano”, dijo Ros-Lehtinen. “Y hemos hecho ese intercambio por espías convictos, procesados con todos los derechos que tenemos en este país”.
Por su parte, el presidente del Movimiento Democracia, Ramón Saúl Sánchez, consideró que el exilio cubano debía participar en las negociaciones entre los gobiernos de ambos países y así abogar “por los derechos de los que no estarán representados”.
“Desgraciadamente el pueblo cubano está ausente de las negociaciones que llevan a cabo [los gobiernos de] Estados Unidos y Cuba”, dijo Sánchez afuera del Café Versailles, a donde llegaron numerosas personas tras el anuncio de las medidas. “La ironía es que el régimen de Cuba está dispuesto a dialogar con su enemigo, pero no con el pueblo cubano”.
Familiares de los pilotos de Hermanos al Rescate expresaron su frustración e indignación por la liberación de los tres espías de la “Red Avispa”, en especial por el beneficio otorgado a Gerardo Hernández, quien cumplía una condena de dos cadenas perpetuas por su implicación en el derribo de las dos avionetas en la que se encontraban las víctimas.
“Me siento muy disgustada, muy confundida”, dijo entre lágrimas Mirta Costa, madre de Carlos Costa, una de las víctimas. “El principal involucrado, Gerardo Hernández, tenía cadena perpetua porque fue cómplice del asesinato […], pero lo soltaron. Mi hijo lo único que hacía era ayudar a los balseros”.
Costa estuvo acompañada de Maggie Alejandre y Marlene Alejandre-Triana, hermana e hija de Armando Alejandre, otra de las víctimas; así como de Miriam de la Peña, madre de Mario de la Peña, también de Hermanos al Rescate, entre otros familiares que acudieron a la conferencia de prensa organizada en el Hotel Biltmore, en Coral Gables, poco después del mediodía.
Más temprano, al Café Versailles, en la popular Calle Ocho, llegaron activistas de Vigilia Mambisa, quienes con carteles en mano condenaron las medidas de Obama, a quien calificaron como un cobarde y lo criticaron por negociar con un “régimen terrorista”.
“La política de Estados Unidos es no negociar con países terroristas, pero eso es lo que está haciendo Obama”, dijo Miguel Saavedra, presidente de Vigilia Mambisa. “En estos momentos Estados Unidos está de rodillas a lo que pueda decir la tiranía Castro-comunista […] normalizar relaciones con un país terrorista es un disparate”.
Además de revisar la inclusión de Cuba en la lista de países que patrocinan el terrorismo, las medidas anunciadas por Obama incluyen el levantamiento de la mayoría de las restricciones de viajes a la isla de ciudadanos de Estados Unidos y la facilitación de transacciones bancarias entre ambos países.
La periodista Ninoska Pérez, de Radio Mambí, dijo que Obama ha mostrado una falta de visión extraordinaria al promover concesiones injustificadas a favor de una dictadura apunto de cumplir 56 años en el poder, la más antigua del hemisferio.
“Cuba no se ha comprometido a hacer ningún cambio”, cuestionó Pérez. “Hacer concesiones sin que Cuba dé nada a cambio es absurdo […] A Gross nunca lo debían haber arrestado”.
La empresaria cubana establecida en Miami, Remedios Díaz Oliver, enfatizó que las medidas anunciadas por Obama deberán ser analizadas por el Congreso que empezará a sesionar a partir de enero.
“El Presidente ha anunciado una serie de medidas unilaterales que son ilegales a toda luz y que tendrán que ser discutidas y analizadas en el nuevo Congreso”, dijo Díaz Oliver, quien recordó que “el embargo fue establecido como consecuencia de la expropiación de empresas americanas en Cuba y nada tienen que ver con Alan Gross”.
Líderes de la comunidad judía en el sur de la Florida expresaron su alegría por el retorno de Gross a Estados Unidos. En el 2011, Gross fue condenado a 15 años de cárcel por introducir en la isla equipos de telecomunicaciones. El alegaba que eran destinados para dar acceso a Internet a la pequeña comunidad judía en Cuba.
“Sentimos mucha satisfacción por el regreso de Gross a su hogar y su familia luego de tantos años de angustia y sufrimiento”, dijo Juan Dircie, director asociado del Instituto Latinoamericano del American Jewish Committee, con sede en Miami.
Por su parte, el alcalde de Miami-Dade, Carlos Giménez, felicitó la liberación de Gross pero a la vez expresó sus dudas en que las negociaciones garanticen mejoras democráticas en la isla.
“Me siento profundamente perturbado porque estas negociaciones no parecen garantizar la libertad del pueblo Cubano”, dijo Giménez. “En un día como este quiero extenderle mis condolencias a las familias de los cuatro cubanoamericanos que perdieron la vida ese fatídico 24 de Febrero, de 1996”.
De otro lado, Rosa María Payá Acevedo, hija de Oswaldo Payá —líder del Movimiento Cristiano Liberación y fallecido en un extraño accidente vehicular—, recordó que los gobiernos de Cuba y Estados Unidos no necesariamente representan el espacio del pueblo.
Payá señaló que las negociaciones entre ambos países se anuncian a sólo una semana de una violenta represión contra cubanos en la isla que se manifestaban a favor de los derechos humanos.
“Esta administración [de Obama] decide normalizar relaciones con un gobierno que no es normal, porque no es legitimo, pues los cubanos nunca lo elegimos y viola los más elementales derechos humanos”, dijo Payá. “Que no nos confundan desde [Washington] D.C. o desde el Comité Central [en La Habana] pretendiendo hablar por el pueblo, los diálogos entre las élites no son el espacio del pueblo”.
El abogado Willy Allen, especializado en temas de inmigración, dijo que las negociaciones representan una victoria para el gobierno cubano y una gran derrota tanto para el exilio cubano “tradicional” así como para el senador demócrata Bob Menéndez, quien ni siquiera fue consultado.
Agregó que los cambios no afectarían tan negativamente a los miles de cubanos que llegaron desde 1996 y que han cambiado el panorama, la ideología y la posición sobre Cuba al pensar distinto que el exilio tradicional.
“Al fin de cuentas, Cuba no ha cambiado anteriormente y no va a cambiar ahora, tan sólo le estamos poniendo pintura nueva a un edificio podrido”.
Las periodistas Sarah Moreno y Ana Remos contribuyeron a este reportaje.
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