Este día dio inicio a la cuenta regresiva para decirles adiós de la agenda real a los Duques de Sussex, para hacer efectiva la renuncia a sus títulos mayores y compromisos reales, que presentaron en el pasado mes de enero. Meghan Markle reaparece con vestido azul celeste y un mensaje de rebeldía para la realeza.
De la mano de su esposo, Meghan Markle arribó con una sonrisa de oreja a oreja, luciendo radiante un vestido azul celeste, para cumplir uno de sus últimos eventos como miembro activo de la realeza, antes de regresar a su nueva vida a Canadá.
Ella vistió un hermoso vestido color azul bebé de corte lápiz de la firma, Victoria Beckham, que resaltaba en la noche, unas zapatillas de gamuza negra de Manolo Blahnik BB, y un bolso de Stella McCartney.
En una manifestación rebelde hacia la realeza, Meghan Markle, a diferencia de otros momentos y otras royals, acudió bastante maquillada, como toda una celebridad.
La cita fue en Mansion House en Londres, celebrando los Edeavour Fun Awards, donde se honran a militares enfermos y heridos que han participado en desafíos deportivos y de aventuras en el último año.
Dentro del evento, organizado por el exmedallista de Invictus Games, JJ Chalmers, Meghan Markle será la encargada de presentar el premio Celebrating Excellence Award, mientras que Harry presentará The Henry Worsley Award.
Previo al evento nocturno, a Meghan se le sorprendió saliendo del exclusivo hotel Goring, en donde el hospedaje cada noche cuesta 187 mil 148 pesos, y cuyo restaurante es el favorito de la Reina Isabel.
Ahí acaparó las miradas, luciendo un abrigo color camel de Alex Eagle Studio, y tacones negros Aquazzura de un costo de 13 mil 701 pesos mexicanos.
Se dice que la pareja solo almorzaba en el lugar, pero no se iba a hospedar ahí. De hecho, Meghan Markle y el Príncipe Harry viajaron solos, mientras su bebé, Archie Harrison se quedó en Canadá.