La mayoría de los brasileños se oponen a permitir que las mujeres embarazadas aborten los fetos a los que se les diagnosticó microcefalia, un daño cerebral infantil relacionado con el virus del zika.
En una encuesta publicada por el diario Folha de Sao Paulo, el 58 por ciento de los entrevistados rechazó la idea de cambiar las estrictas leyes contra el aborto en Brasil, incluso en los casos de bebés con microcefalia.
La firma de estudios de opinión señaló que, por el contrario, el 32 por ciento de brasileños se mostraron a favor de que se autorice la interrupción del embarazo en mujeres con zika que lo deseen, mientras que 10 por ciento no se pronunció al respecto.
Entre mujeres, el rechazo a detener el proceso de gestación aún con malformación en el feto fue del 57 por ciento, frente a un 33 por ciento que lo aceptaría.
El 58 por ciento de los entrevistados declararon tener mucho miedo de resultar afectados por el zika, virus transmitido por el mosquito Aedes aegypti, mismo vector de dengue y chikunguña.
La encuesta se hizo a 2 mil 678 personas en 171 municipios de todo Brasil el día 24 y 25 de febrero. La encuesta tiene un margen de error de más o menos dos puntos porcentuales.
El aborto es ilegal en Brasil, excepto en casos de violación, peligro para la vida de la madre o por anencefalia, otro defecto de nacimiento que afecta al cerebro.
Autoridades del país sudamericano señalan a la enfermedad viral como la responsable de los miles de casos de recién nacidos con microcefalia (cráneos más pequeños de lo normal) registrados en los últimos meses.
Sin embargo, en la práctica, las mujeres adineradas en las zonas urbanas tienden a tener un acceso relativamente fácil a abortos seguros en clínicas privadas.
Las mujeres de menos recursos recurren a procedimientos poco seguros.
A raíz del brote del zika, un grupo de abogados, académicos y activistas por los derechos de la mujer anunciaron planes para presentar una petición a la Corte Suprema de Brasil para permitir a las mujeres infectadas abortar.
Naciones Unidas también instó a los países afectados por el brote a considerar el levantamiento de las prohibiciones restrictivas sobre el aborto.
En la actualidad, las mujeres que llevan a cabo abortos se enfrentan a penas de cárcel de entre uno a tres años.
De hecho, un legislador brasileño propuso un proyecto de ley que propone endurecer las penas en estos casos.
Agencias