A medida que aumentan los confinamientos en Europa, para frenar la segunda ola de contagios por COVID-19, también surgen más protestas en su contra.
La Policía arrestó ayer a unas 300 personas que participaron en una marcha en Bruselas contra las restricciones por el coronavirus.
Las autoridades repetidamente exhortaron vía Twitter a la población a no participar en la concentración, y finalmente la dispersó pacíficamente.
Mientras, en Hungría la Policía disolvió una manifestación en Budapest de empleados de hoteles y restaurantes que protestaban contra las restricciones impuestas a raíz de la pandemia.
Los organizadores de la manifestación exhortaron a los dueños de restaurantes a abrir sus establecimientos hoy.
Además, unas 10 mil personas, entre ellas neonazis, salieron a la calle en Viena para protestar contra las restricciones impuestas para frenar la pandemia, a pesar de que la manifestación no estaba autorizada.
Mientras, cientos de personas protestaron nuevamente con concentraciones y caravanas en varias ciudades de Brasil para exigir la destitución del presidente Jair Bolsonaro por su gestión ante la pandemia, que ya deja más de 223 mil muertos.
Por otra parte, miles de judíos ultraortodoxos asistieron ayer a las exequias de un rabino en Jerusalén, haciendo caso omiso de las reglas de distanciamiento instauradas para frenar la propagación del coronavirus.
Una multitud de ultraortodoxos siguió al cortejo funerario del rabino Meshulam Dovid Soloveitchik, fallecido a los 99 años.
PLEITO POR VACUNAS
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció que AstraZeneca entregaría a la UE 40 millones de dosis de su vacuna contra el COVID-19 en el primer trimestre, 30% más de lo previsto.
La empresa, que ha generado descontento entre los dirigentes europeos por los retrasos de producción, “empezará las entregas una semana antes de lo previsto”, dijo Von der Leyen.