“La perspectiva estable refleja la del soberano en escala nacional. En este sentido, esperamos que el banco reciba respaldo extraordinario del gobierno en caso de ser necesario, derivado de su importancia para desempeñar políticas sociales y económicas para el país”, indicó la calificadora en un comunicado.
Luego de darse a conocer una reciente inyección de capital del gobierno federal al Banco del Bienestar por 5,000 millones de pesos, la calificadora Standard & Poor’s confirmó las calificaciones de esta entidad “mxAAA” y “mxA-1+” con perspectiva estable, que son las más altas en escala nacional.
Asimismo, la calificadora modificó su evaluación de capital y utilidades a “muy fuerte” desde “fuerte”, derivada de la reciente inyección de capital de 5,000 millones de pesos que hizo el gobierno al banco, lo que fortalece su base de capital ajustado por riesgo.
“La perspectiva estable refleja la del soberano en escala nacional. En este sentido, esperamos que el banco reciba respaldo extraordinario del gobierno en caso de ser necesario, derivado de su importancia para desempeñar políticas sociales y económicas para el país”, indicó la calificadora en un comunicado.
En lo que va de esta administración, el gobierno federal ha realizado inyecciones de capital por cerca de 15,000 millones de pesos al Banco del Bienestar, con el fin de incrementar su presencia geográfica en el país y ampliar su red de sucursales para garantizar la entrega de los apoyos a la población objetivo, además de incrementar la inclusión financiera en el país.
“El banco cuenta con garantía explícita del gobierno federal que respalda sus operaciones con instituciones nacionales y extranjeras”, añadió la agencia.
La calificadora resaltó que, si bien se esperaba que el capital se consumiera de forma acelerada durante el 2021, debido a la estrategia de crecimiento de la base de sucursales del banco, las cuales al cierre del 2020 eran 427 y la meta es tener 1,500 al cierre de este año, y contar con 2,7000 al cierre del 2022, la reciente inyección de capital permitirá al organismo mantener niveles fuertes en este aspecto.
“La construcción de las 2,700 sucursales implica convertir activos financieros en inmuebles, los cuales tienen un mayor ponderador de riesgos, de acuerdo con nuestro marco de capital ajustado por riesgo (RACF, por sus siglas en inglés). En este sentido, la construcción y operación de sucursales disminuirán el nivel de capital; sin embargo, este permanecerá sólido en los siguientes dos años”, destacó la firma.
Escenario negativo
En este contexto, la calificadora indicó que, en un escenario negativo, podría bajar las calificaciones de la institución en los siguientes 12 a 18 meses, si se considera que el banco deje de ser una pieza clave dentro de las políticas sociales y económicas del gobierno.
Asimismo, la firma no prevé un crecimiento exponencial en cuanto al nivel de activos de la institución, además de que mantendrá su elevado nivel de activos improductivos.
“El plan de expansión de sucursales es el principal objetivo estratégico del banco, y deja en segundo plano el crecimiento de la cartera de crédito. Esperamos que la cartera crezca en promedio 15% en los siguientes dos años –desde una base muy pequeña que representa menos del 1% de la cartera del sistema bancario, incluyendo bancos de desarrollo– y continúe siendo principalmente en créditos de segundo piso”, apuntó la firma.
En materia de su posición de riesgo, la calificadora consideró que ésta seguirá siendo más elevada respecto a sus pares, pues su índice de activos improductivos fue de 18% al cierre de diciembre del 2020 y el promedio de los últimos tres años fue de 14 por ciento.
“Aunado a esto, tiene una alta concentración de la cartera en créditos de segundo piso a instituciones financieras no bancarias, que ha mostrado mayores vulnerabilidades en la crisis”, acotó la calificadora.