En 2014 el PRD, del que hoy sólo quedan las siglas, hizo un “gran descubrimiento”: que Pemex tenía negocios con El ex gobernador Pedro Joaquín Coldwell, entonces secretario de Energía.
Pronto los perredistas quedaron expuestos por manipular y tergiversar información relacionada con el político cozumeleño.
Las gasolineras que tuviera la familia Joaquin las obtuvo antes de su incursión en política y su fortuna ya estaba consolidada antes de Pedro tomará posesión como segundo gobernador de Quintana Roo.
Una situación similar surgió esta semana con su hermano, el actual gobernador Carlos Joaquín.
Se le señala de poseer grandes extensiones de tierras en Yucatán, junto con sus hijos y su esposa Gabriela Rejón.
También se le acusa de comprar barato y vender caro, lo cual es un despropósito. ¿A caso hay quien compre caro y venda barato?
Tanto él como su esposa provienen de familias con fortunas importantes, de Cozumel y Mérida; fortunas hechas antes de su incursión en la política.
Pero hay quienes pretenden hacer creer que su riqueza se forjó durante el ejercicio del gobierno.
La misma estrategia que se aplicó antes en 2014 contra Pedro Joaquín.
Carlos Joaquín forma parte del bloque de gobernadores panistas que ha cuestionado fuertemente el plan de salud del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Curiosamente el ataque al Gobernador se da días después de que se fortalece esa oposición y se da conocer que Quintana Roo y Querétaro, con gobiernos emanados del PAN, son las únicas entidades que manejan de manera eficiente el seguro popular en México.
Son las únicas entidades que no tienen adeudos con ese sistema desdeñado por la 4T y seguramente esto incomoda a más de uno.
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