La menor, quien actualmente tiene 7 años, sufrió un accidente automovilístico que le desfiguró la cara; actualmente se encuentra en perfectas condiciones.
El equipo de cirugía plástica del Hospital Regional Adolfo López Mateos del ISSSTE reconstruyó —con un procedimiento de microcirugía de alta especialidad— el rostro desfigurado de la niña Meredith Allison, quien sufrió un accidente automovilístico el 18 de diciembre de 2015, el cual le ocasionó traumatismo de cráneo y facial.
“Íbamos rumbo a Sinaloa y a la altura de Acámbaro nos volcamos en la carretera. En el automóvil estaban mis hijas y su abuela; pensé que no había pasado a mayores, pero vi a Meredith sangrando del lado izquierdo. De inmediato llegó una ambulancia y nos llevaron a una clínica cercana, ahí me dijeron que mi niña estaba mal”, recordó la madre de la menor, Miriam Lizbeth Cruz García, quien trabaja en el servicio de urgencias del Hospital General José María Morelos.
Cruz García comentó que el 19 de diciembre decidió trasladar a la menor, que en ese entonces tenía 6 años de edad, al Hospital Regional Adolfo López Mateos, y al llegar al servicios de urgencias pediátrica se le efectuaron varios estudios de tomografía e imagen que reportaron que presentaba trauma cráneo-facial, fractura expuesta hundida frontoparietal izquierda, pérdida de tejidos blandos de la hemicara izquierda, probable pérdida de ojo y laceración corneal, además de un alto riesgo de sufrir neuroinfección.
Elizabeth Rodríguez Rojas, jefa del Servicio de Cirugía Plástica y Reconstructiva, se hizo cargo de Meredith y explicó que todo indica que la niña salió disparada del automóvil durante el accidente, “sufrió una abrasión que se llevó la piel de la mejilla y tejidos blandos y grasos, parte de los músculos de la cara, produciéndole una fractura de la región temporal.
“La vida de la niña estaba en peligro por el alto riesgo de desarrollar una neuroinfección, por lo que se le hizo un de lavado quirúrgico por el servicio de neurocirugía, previo a estudios de imagen de resonancia y tomografía. Se ve que hay un hundimiento del hueso, fractura multifragmentaria, pérdida de toda la cubierta y el hueso que estaba totalmente expuesto.
Intentaron cubrir esa zona con los tejidos regionales; no se logró porque presentó necrosis, por lo que se optó por una mejor alternativa y esta era la microcirugía reconstructiva, la cual consiste en llevar los tejidos de una región a otra. “Utilizamos las arterias y las venas que se conectaron a la región facial”, detalló la especialista.
La intervención
El 24 de diciembre de 2015 se llevó a cabo la microcirugía en la cual primero se tomó un colgajo de piel, músculo y arterias del muslo derecho de la menor, que medía 15 centímetros de largo por 12 de ancho, para trasplantarlo en su rostro, sustituyendo el tejido dañado por piel sana.
La operación duró alrededor de tres horas y media, y participaron dos microcirujanos, cinco médicos residentes, un anestesiólogo y una enfermera, todo el equipo estuvo encabezados por Elizabeth Rodríguez.
“Había muchos riesgos, entre éstos estaba la infección de ese tejido. Afortunadamente nunca tuvimos problemas en el procedimiento complejo de la unión de arterias y venas con suturas microquirúrgicas, que son más delgadas que un cabello, usando material que fue adquirido de inmediato por la dirección del hospital. Con ello es con lo que salió adelante”, relató la jefa de Cirugía Plástica.
Una vez que la menor se recuperó, el equipo médico realizó, el 4 de abril de 2016, una cirugía de adelgazamiento del colgajo implantado y otra más el 22 de agosto, igual de adelgazamiento y de reconstrucción de contorno de rostro y de los párpados.
Se trató de un procedimiento de alta especialidad, destacó Rodríguez Rojas, quien señaló que calculan que la intervención representó un costo de 5 millones de pesos para dicha institución de salud pública, sin considerar que Meredith estuvo hospitalizada 23 días, de los cuales 14 estuvo en terapia intensiva pediátrica.
A más de un año del accidente, la mamá de la menor expuso en su testimonio que tras las tres cirugías “mi hija está entera, no le falta nada, su capacidad intelectual no se vio alterada, la apariencia de su rostro ha mejorado muchísimo, solo se nota un cambio en el tono de la piel, pero ella se desenvuelve muy bien en la escuela y en todas partes, no siente pena por nada. Nunca perdió su coquetería; se mira al espejo y sonríe”.
La pequeña Meredith, quien ahora cuenta con 7 años, tiene 90 por ciento de recuperación; aseguró sentirse “feliz” y comentó que cuando sea grande desea convertirse en maestra.