Las reformas educativa, que desde hoy está plenamente vigente con todo y sus leyes secundarias y la fiscal, que apenas iniciará su proceso legislativo, tienen por lo menos una contradicción entre sí. La primera, según las propias palabras del presidente nacional del PRI, César Camacho Quiroz, rescata a la educación como herramienta para el ascenso social.
Incluso, en 2010, cuando era gobernador del estado de México, el presidente Enrique Peña Nieto manifestó que “la educación es el mejor instrumento para promover la movilidad social y el desarrollo y realización de cada individuo”.
“Es innegable que la educación eleva la capacidad innovadora de la economía, ya que permite adoptar o desarrollar nuevas ideas que elevan la competitividad y productividad de nuestro país y, en consecuencia, el ingreso de las personas”, decía el entonces gobernador del estado de México.
Sin embargo, los dichos de César Camacho y Enrique Peña Nieto y la propia reforma educativa, chocan de frente con las pretensiones de gravar con el IVA las colegiaturas, como se propone en el proyecto de reforma fiscal que el Ejecutivo Federal hizo llegar el domingo pasado al Congreso de la Unión.
Si el Presidente y sus colaboradores están convencidos de lo que la educación representa para los individuos, ¿por qué entonces pretenden castigar a quienes hacen un esfuerzo adicional para que sus hijos vayan a escuelas particulares en busca, precisamente, de mejores herramientas para librar la batalla de sus vidas en una sociedad, en un mundo cada vez más competitivos?
La reforma educativa no es la panacea que por sí sola resolverá todos los problemas del sector educativo. Además, sus efectos, sus beneficios no serán tangibles ni siquiera en el mediano plazo, aún con los mejores deseos.
Aún con las propias deficiencias que tienen las escuelas particulares, que las tienen y muchas, el estado mexicano ha sido, hasta ahora, incapaz de ofrecer lo mismo que éstas proporcionan.
Silvano Aureoles, líder del PRD en la Cámara de Diputados, dijo que se pretende gravar con IVA las colegiaturas, porque quienes las pagan son de los mexicanos que más tienen y por tanto deben aportar más al país.
Qué lejos ya está el PRD de sus bases, de la realidad nacional. No han visto a los taxistas, a los abarroteros, a los meseros que hacen el esfuerzo de llevar a sus hijos a la misma escuela que cualquier dueño de empresa.
El PAN ya dijo que no apoya la propuesta. Manlio Fabio Beltrones, líder del PRI en la Cámara de Diputados, declaró que a los legisladores de su partido no les simpatiza la idea. El Ejecutivo ya propuso. Veremos qué dispone el Legislativo.