Refuerzan cárteles mexicanos su presencia en Colombia

San José.— Narcotraficantes mexicanos establecieron nexos con mafiosos colombianos involucrados en guerrillas, disidencias insurgentes y contrabando de drogas y forjaron en Colombia una complicada alianza para controlar la cadena de siembra, recolección y procesamiento de hoja de coca, producir y almacenar cocaína y transportarla por Centroamérica para comercializarla en México y Estados Unidos.

En una modalidad operativa que empezaron a utilizar al menos desde 2014, los narcotraficantes mexicanos viajaron a Colombia como turistas, empresarios, trabajadores o estudiantes para trasladarse a zonas de cultivos ilícitos, negociar en persona la compra de cargamentos a sus contrapartes colombianos y controlar directamente las distintas cadenas de valor del negocio de la cocaína.

La alarma sobre esta incursión criminal mexicana en suelo colombiano quedó registrada en enero de 2017 en un intercambio de documentos entre el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia y la Fiscalía General de la Nación. Los documentos, de los que EL UNIVERSAL tiene copia, alertaron de un súbito aumento desde 2014 de la presencia en Colombia de emisarios en especial de los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG). El gobierno de Colombia incorporó a Los Zetas y a los Beltrán Leyva.

“Por información que compartimos con nuestros colegas policías de Colombia, conocemos que los cárteles mexicanos vienen generando alianzas con organizaciones narcotraficantes colombianas desde antes de la firma de la paz”, dijo a este diario el general de distrito Geovanny Ponce, director antinarcóticos de la Policía Nacional de Ecuador. El objetivo de esos nexos es “facilitar sus operaciones y fortalecer sus capacidades para mejorar la distribución de drogas a nivel mundial”, relató, al subrayar que el “involucramiento” actual de los cárteles mexicanos “podría llegar a las primeras etapas de la cadena de valor del narcotráfico en Colombia”, como la producción.

Por la desaparición o la debilidad de sus tradicionales vendedores colombianos de cocaína, como las FARC, los cárteles de México desplegaron a un mayor número de mexicanos en Colombia. Un informe de dos instituciones privadas de Colombia—la Universidad del Rosario e Insight Crime—alertó en marzo de 2018 que, en vez de trabajar con un solo proveedor capaz de suministrarles 10 toneladas, los mexicanos deben encontrar 10 diferentes que les entreguen una cada uno.

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