Cancún, 22 de julio.- El personal de salud del Hospital General de Zona (HGZ) No. 3 en Cancún, conocido como “el de la Cobá”, ha intervenido exitosamente en la recuperación de 260 pacientes con COVID-19, informó la titular de la Oficina de Representación Quintana Roo del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), doctora Xóchitl Refugio Romero Guerrero.
Este hospital fue reconvertido al 100 por ciento desde el pasado 20 de abril, y al respecto Romero Guerrero comentó:
“Ha representado un enorme desafío en materia de planeación, previsión y organización, lo que es reflejo de un excelente trabajo de equipo. Sabemos que tenemos todavía un gran reto a futuro, que es poder dar la atención a todos los demás pacientes con otros padecimientos”.
Sandra Gutiérrez, médica especialista en cirugía general y directora del nosocomio, pidió apoyo a la población con su paciencia y comprensión, ante los casos de la enfermedad respiratoria.
“Sabemos que todos los casos son importantes, pero desgraciadamente durante la emergencia sanitaria por COVID-19 tenemos que enfocarnos más en estos pacientes, porque muchos se encuentran en situación crítica”, expuso.
Gutiérrez reconoció el profesionalismo del personal del hospital:
“Desde los médicos que han encabezado los equipos COVID, los médicos internistas, los subespecialistas de esta misma área, hasta los geriatras, psiquiatras, cardiólogos y todos los doctores quirúrgicos que han demostrado su solidaridad apoyando al área clínica para poder lograr, entre todos, la atención de los pacientes; todos están colaborando con nosotros, han estado haciendo un gran trabajo de equipo”.
Destacó la función de los anestesiólogos, quienes han asumido el liderazgo, concentrados en vigilar el estado de la vía aérea mientras la persona se encuentra sedada; lo que ha dado como resultado la recuperación de pacientes en estado crítico.
Reconoció que personal de otras categorías del área de la salud también se ha sumado a la recuperación de pacientes, como es el caso de la especialista en cirugía maxilofacial, quien hace gasometrías y funge como contacto con los familiares de los enfermos, para así evitar el desplazamiento innecesario de las personas y que se expongan a un contagio.
“Nos hemos organizado de tal forma que la entrega de guardia empieza con la llegada de nuestra subdirectora a las siete de la mañana. Ella empieza a revisar los casos que están registrados en la plataforma nacional, el CVOED, verifica cuáles casos fueron dados de alta y cuáles ingresan con sus respectivos datos, así como los resultados de laboratorio que llegan a través de epidemiología. Con esta información se actualiza todo nuestro censo hospitalario”, refirió.
A las 07:30 horas se integran los coordinadores clínicos de medicina interna, cirugía, enfermería y urgencias. Los coordinadores, la subdirectora saliente del turno nocturno y la entrante del matutino, llevan a cabo una revisión puntual del censo hospitalario.
Junto con la jefa de enfermeras, se busca asegurar que el personal tenga los insumos necesarios: “uniformes, equipo de protección, su centro de hidratación, sus alimentos correspondientes y, en caso de alguna eventualidad, se detectan necesidades que deban ser gestionadas durante el día”.
Diariamente se utilizan de 300 a 350 Equipos de Protección Personal (EPP) completos, cifra que puede variar de acuerdo con las necesidades que presente cada trabajador.
También destacó la función de las asistentes médicas: “ellas tienen la labor de surtir las recetas, de confirmar si los pacientes tienen tramitado el servicio de oxígeno domiciliario, confirman con el familiar y con la empresa que ya tengan el tanque de oxígeno en su casa, con el objetivo de que todo esté listo para la llegada del paciente”.
Gutiérrez detalló que en una bolsa arman el kit de alta, donde introducen los documentos, la nota de alta, las recetas y los medicamentos. Ellas mismas van a la farmacia, surten los medicamentos y le dan un toque muy especial con un pequeño mensaje como:
“Recupérate pronto”, “Que todos en casa estén bien”, etcétera. Finalmente, firman “atentamente: familia IMSS”, “porque eso es lo que somos”.
La directora del HGZ No. 3 afirmó que en esta etapa se ha observado una gran solidaridad, “creo que hemos ido madurando en cuestión laboral. Primero superamos el miedo por el que atravesamos todos al enfrentar algo desconocido. Hemos ido entendiendo cómo manejar el Equipo de Protección Personal y cómo controlar nuestro estrés. Ahora tenemos una familiaridad mucho mayor con la colocación y retiro de este equipo, pero principalmente se ha generado una gran empatía por la situación que atraviesan nuestros pacientes y sus familiares, al no poder tener contacto entre ellos”.
“Todos podemos evitar llegar a un colapso de nuestros hospitales; entiendo muy bien que necesitamos salir a trabajar, sin embargo, es nuestra responsabilidad llevar a cabo las medidas sanitarias para evitar que se siga propagando el virus: sana distancia, correcto lavado de manos, higiene en todo lo que nos rodea. Sólo así lograremos que en nuestras familias no falte nadie”, concluyó la directora del HGZ No. 3.