Los candidatos a las primarias republicanas exhibieron el jueves sus credenciales más conservadoras en una pugna por ganarse el apoyo de la base del partido y minar la popularidad del multimillonario Donald Trump, que se convirtió, junto a Hillary Clinton, en el blanco de las críticas de sus contricantes.
Washington. – Los candidatos a las primarias republicanas exhibieron el jueves sus credenciales más conservadoras en una pugna por ganarse el apoyo de la base del partido y minar la popularidad del multimillonario Donald Trump, que se convirtió, junto a Hillary Clinton, en el blanco de las críticas de sus contricantes.
Ante el elevado número de precandidatos republicanos, 17 en total, y la imposibilidad de hacer un debate que, sin perder nivel, incluyera a todos los postulantes, la cadena de televisión conservadora Fox News decidió invitar sólo a diez de ellos al debate de máxima audiencia, citó DPA.
Además de Trump, participaron en el debate el ex gobernador de Florida Jeb Bush, el gobernador de Wisconsin Scott Walker, el senador Ted Cruz, el ex gobernador de Arkansas Mike Huckabee, el neurocirujano afroamericano Ben Carson, el senador Marco Rubio, el senador Rand Paul, el gobernador de Ohio John Kasich y el gobernador de Nueva Jersey Chris Christie.
Los siete candidatos restantes tuvieron que conformarse con un predebate, que quedó deslucido por la falta de los favoritos y en el que destacó Carly Fiorina, ex consejera delegada de Hewlett-Packard.
Todas las miradas, sin embargo, estuvieron el jueves puestas en Trump, que parte como favorito en las encuestas de intención de voto y que nunca había participado antes en un debate frente a experimentados políticos con años de carrera a sus espaldas.
“Sí, es el show de Trump”, concluía Político tras el debate. “Dos asuntos dominaron el debate: Estados Unidos y Trump”, titulaba su edición digital “The Washinton Post”. “Trump domina un debate ruidoso”, resumía el diario especialidado en política “The Hill”.
El multimillonario, que tiene fama de no tener pelos en la lengua, no defraudó a sus seguidores. Desde el primer minuto del debate Trump dejó claro que su campaña presidencial será atípica.
“Creo que el gran problema de este país es ser políticamente correcto. No tengo tiempo para lo políticamente correcto y, seamos honestos, este país tampoco lo tiene”, dijo el multimillonario, quien advirtió de que Estados Unidos se está quedando por detrás de rivales como China.
El magnate dejo la puerta abierta a presentarse como candidato independiente si finalmente no resulta elegido por los republicanos como su candidato a las elecciones de 2015. Trump señaló que sólo podría garantizar su voto al postulante que emergiera de la votación primaria si fuera él mismo el candidato.
Los republicanos han manifestado gran preocupación ante la posible presentación de Trump como candidato independiente.
De celebrarse unas elecciones nacionales muy ajustadas, cada voto sería clave, y una candidatura independiente del empresario como tercer rival en la contienda podría derivar en una victoria del Partido Demócrata, en donde las encuestas dan como líder a la ex secretaria de Estado Hillary Clinton.
En cuanto al contenido, el debate se ciñó al guión esperado en un debate conservador: atacaron las políticas del presidente Barack Obama, criticaron a la candidata demócrata Hillary Clinto, mostraron su ayoyo a Israel, se comprometieron a derrotar al Estado Islámico, prometieron bajar los impuestos, exhibieron sus creencias religiosas y se mostraron en contra del aborto y del matrimonio entre personas del mismo sexo.
Como era de esperar, tras las polémicas declaraciones de Trump contra los inmigrantes indocumentados mexicanos, en el debate salió a relucir el tema de la inmigración.
El multillonario provocó una fuerte polémica en Estados Unidos y en América Latina cuando al anunciar su candidatura en junio calificó a los inmigrantes mexicanos indocumentados de narcotraficantes, delincuentes y violadores.
Bush, que está casado con una mexicana y habla muy bien español, advirtió que el lenguaje “divisorio” que utiliza Trump puede pasar factura en las urnas a los republicanos. “Vamos a ganar si unimos a la gente con un mensaje esperanzador y optimista”, señaló el ex gobernador de Florida, hijo y hermano de ex presidentes.
La inmigración será probablemente uno de los temas centrales de la campaña presidencial de 2016, en la que el voto latino puede tener la llave a la Casa Blanca.
La candidata a las primarias demócratas Hillary Clinton se mostró en mayo a favor de una reforma migratoria con una vía para la ciudadanía para los inmigrantes indocumentados, en un intento por diferenciarse de los candidatos republicanos y ganarse el voto de los latinos en los comicios.