Con la evidente protección de las autoridades mexicanas, la mafia canadiense “Angeles del Infierno”, liderada en este polo vacacional por Grégory Sénecal, ha usado en los últimos diez años el festival de música electrónica BPM, que terminó en masacre el pasado 16 de enero, para “lavar” al menos 100 millones de dólares proveniente del narcotráfico, la organización delictiva internacional con prácticas misteriosas, cuentan con un altar con esculturas y libros sobre ocultismo en el bar “The Blue Parrot” que tiene como base de operaciones, negocio despojado al matrimonio de empresarios estadounidenses Tomas Gerard Doody y Pamela Robins en el 2010.
Por la impunidad con que opera el grupo “Angeles del Infierno” (“Hells Angels”), en el Blue Parrot que usan como base de operaciones desde el año 2010 cuando lo despojaron al matrimonio estadounidense, sin mayor preocupación ahí resguardan los millones de dólares provenientes del narcotráfico de Canadá, que “lavan” en cada edición del BPM, se estima en 10 diez millones dólares, ya que, por la complicidad de las autoridades hacendarias, este dinero es mezclado con los ingreso del festival musical, al no existir un control. En las oficinas de Grégory Sénecal en el Blue Parrot se tiene montado un altar con esculturas de prácticas misteriosas, ya que, los grupos criminales son afines a estas creencias.
Desde el año 2008, cuando los canadienses Phillip Anthony Pulitano, Alessandra Axelsson y Craig Pettigrew, liderados por Grégory Sénecal, organizaron la primera edición del “The BPM Festival” (para “camareros, promotores, músicos”) con las facilidades otorgadas por las autoridades federales, estatales y municipales, principalmente del Ayuntamiento de Solidaridad, a cambio de fuertes sumas de dinero que se entregaba al alcalde en turno, ya se tenía la sospecha que el evento era usado para “lavar” millones de dólares, así como para la venta de cantidades excesivas de drogas, atractivo principal, complementado con “ríos” de alcohol y música de Disc Jockey (DJ).
En el mes de enero de 2011, se confirmó lo que este diario venía publicando, el uso del BPM para “lavar” dinero, estimado en 10 millones de dólares por evento con una duración de diez días, porque por la corrupción de las autoridades de los tres órdenes de gobierno, no había control en los ingresos, por lo que, se inyectaba el dinero del narcotráfico, ya que, un agente del Servicio de la Policía de la Ciudad de Montreal (SPVM por sus siglas en francés) llegó hasta este polo vacacional para investigar al grupo criminal canadiense, para lo cual, se apersonó al Blue Parrot, ubicado en la calle 12 con zona de playas, porque ya sabían que era base de operaciones de Grégory Sénecal, y sorprendido por el policía sosteniendo una reunión con el mafioso Gregory Woolley de la organización “Angel del Infierno” de Montreal.
Desde el año 2011, las autoridades mexicanas ya tenían conocimiento de la operación de la mafia canadiense en este polo vacacional, porque los cabecillas del grupo delictivo “Angel del Infierno”, al verse descubiertos golpearon salvajemente al agente de la Policía de la Ciudad de Montreal, y por este violento ataque al agente de la SPVM, el gobierno canadiense solicitó formalmente a la Procuraduría General de la República (PGR) investigar a los mafiosos canadienses; sin embargo, la dependencia federal se lo pidió a la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), actualmente Fiscalía General del Estado, al final de cuentas las autoridades mexicanas no indagaron Grégory Sénecal.
Las autoridades mexicanas, principalmente la municipal, protegieron a los mafiosos canadienses, porque a sabiendas que el festival de música electrónica, organizado por Phillip Anthony Pulitano, Alessandra Axelsson y Craig Pettigrew, era usado “lavar” dinero y vender grandes cantidades de droga, ya que, por la corrupción y la ambición de los presidentes municipales en turno, a cambio de fuertes sumas de dinero, unas cobijas y algunas despensas para el DIF autorizaron el evento seis años más, involucrando a los tres últimos alcaldes de Solidaridad, incluyendo la actual.
Lo ocurrido la madrugada del 16 de enero pasado, en el bar The Blue Parrot en el último día de actividades del BPM, cuando un grupo de sicarios presuntamente del grupo delictivo “Los Zetas, vieja escuela”, ejecutaron a uno de los organizadores del evento por no permitirles la venta de droga, y no pagar el derecho de piso, desencadenándose una balacera con agentes de la Policía Municipal que resguardaban el lugar, con un saldo de seis personas muertas y 15 lesionadas, era latente que sucediera; sin embargo, la alcaldesa del PAN-PRD, María Cristina Torres Gómez, a cambio de fuertes sumas de dinero, lo autorizó, a pesar del rechazo de los empresarios.
Fuente: Por Esto!