Ciudad de México, 13 de enero.- Sergio Enrique Villarreal Barragán, alias “El Grande” o “El Come Niños”, presunto lugarteniente de los Beltrán Leyva, se encuentra libre desde el pasado diciembre, pues pese a su sanguinario historial alcanzó un acuerdo tras colaborar con el gobierno estadounidense.
“El Grande” había sido detenido el 12 de septiembre de 2010 en un exclusivo fraccionamiento de Puebla. Era considerado el segudo al mando en la estructura del Cártel de los Beltrán Leyva, liderado por Héctor Beltrán, alias “El H”.
Según informes de medios nacionales, el propio Sergio Villareal admitió haber secuestrado, torturado y desmembrado a al menos 90 personas por orden de su jefe, Arturo Beltrán Leyva.
Lo apodaban “El Grande” por su inusitada estatura de 1.98 metros y su peso de 115 kilogramos, lo que le daba una fisonomía robusta y alta. Inició su trayectoria en las filas de la Policía Ministerial de Coahuila a los 20 años de edad.
En 1993, se sumó a la Policía Judicial Federal, donde le fue asignado el municipio de Torreón, en Coahuila. Allí, comenzó a coludirse con integrantes del Cártel de Juárez, especialmente el despiadado Arturo Hernández, alias “El Chaky”, señaló el periodista Héctor de Mauleón.
Tras comprar un rancho con una pista de aterrizaje en Nuevo Laredo, Tamaulipas, “El Grande” comenzó a traficar cocaína e incluso invitó a la empresa a Carlos Montemayor, suegro de “La Barbie”, quien transportaba 30 kilos de la droga al menos dos veces al mes.
En 1997, tras la muerte de Amado Carrillo Fuentes, “El Señor de los Cielos”, Villarreal quedó al frente de una célula del Cártel de Juárez, misma que tenía operaciones en los estados de Durango, Chihuahua y Coahuila.
Fue entonces que estuvo en la mira de la Procuraduría General de la República (PGR) y fue considerado “el principal abastecedor de droga en la región”. Además, operaba bajo el amparo del subprocurador Humberto Reséndiz y tenía policías municipales de Torreón, Gómez Palacio y Lerdo a sus órdenes.
También fue relacionado con la desaparición y asesinato de dos agentes federales, los pilotos Gerardo Rivera y Rogelio Piug, y el empresario Arturo Vidal.
El 16 de diciembre de 2009, Arturo Beltrán Leyva fue abatido durante un enfrentamiento contra elementos de la Marina en una zona exclusiva del municipio de Cuernavaca, en Morelos.
A raíz de su muerte, “El H” le ordenó a Villarreal que asesinara “La Barbie”, pues pensó que había colaborado con la Marina para revelar el paradero de su hermano. Una escalada de violencia y ejecuciones se produjo los meses siguientes en Morelos, Guerrero y el Estado de México.
Finalmente, el 12 de diciembre de 2010, “El Grande” fue detenido por la Marina en Puebla, tras lo cual manifestó su deseo de volverse testigo protegido y colaborar con las autoridades estadounidenses.